miércoles, 16 de septiembre de 2015

MAS QUE DEPORTE. CAPITULO 6

Una vez que te enfundas el neopreno, las bromas bajan intensidad, el ruido en el box es menor y aunque el buen ambiente se mantiene, todos y cada uno de nosotros sabemos que ha llegado el momento. Para unos solo significará una prueba más, para otros la lucha por la victoria, para muchos la culminación de muchos meses de trabajo y para todos, una experiencia única.

Nos acercamos juntos a la bajada al lago. Sergio se ha puesto un gorro de neopreno (hay bastante gente con ellos) y yo opto por usar dos gorros. No es que crea que me va a servir mucho contra el frío, de hecho se habla de una temperatura del agua entorno a 15º, lo que a mi no me asusta mucho, pero el que me pongo debajo es el gorro del "multideportes Oviedo". 

Para mí el formar parte de este grupo este año ha sido algo muy importante, y ésta es mi manera de "rendirle homenaje". No solo me ha ayudado a mejorar una barbaridad en el sector de natación, consiguiendo mejorar mis tiempos con menos esfuerzo, sino que me ha hecho sentirme parte de un grupo y, aunque con algún altibajo, sentirme integrado en un grupo de gente con la misma forma de entender el deporte que yo. Me ha servido para conocer cracks como Javi, también a un nuevo fisio con el que pasar las imprescindibles sesiones de chapa y pintura, una luchadora como Amondine y más gente a la que no nombro pero que ahí están en el "fabuloso grupo del mediodía".
Mención aparte merece el "jefe", con Toni no solo he conseguido hacer entrenos serios de natación (hasta ahora solo nadaba), sino que poco a poco hemos generado una muy buena relación de confianza que nos ha hecho compartir entrenos fuera del agua y alguna que otra cerveza, bueno éstas en mi caso que a él no le gusta el oro líquido!.

Metidos ya en el rebaño, vamos lentamente accediendo a la rampa que baja al agua. Ya desde la orilla vemos que mucha gente ha cruzado nadando el ancho del canal y van trepando a las rocas de cierre del otro lado, semejando leones marinos en su descanso al sol. La bajada es muy inclinada y nos ayudamos entre todos para no caer. Recuerdo que Sergio pisó una piedra (la alfombra azul estaba sobre grava) y se hizo un poco de daño, nada serio pero me hace tomar mil precauciones al pisar.

En el momento que meto un pie en el agua, evalúo su temperatura y me doy cuenta de que aunque está fresca, no va a ser un problema para mí. Alguna ventaja tiene que tener mi porcentaje de grasa elevado y una de ellas sin duda es la resistencia al frío. Como dato comentar que a uno de los favoritos, lo tuvieron que sacar del agua a los 200m de carrera con una importante hipotermia.
No es mi caso y tras alguna brazada, ni siquiera salgo del agua a esperar la salida. Me quedo flotando cerca de Sergio (que si sale al sol) y esperamos sin más que el tema arranque.

Aunque todavía hay gente bajando la rampa, le comento a Sergio que deberíamos acercarnos más a la salida y así lo hacemos. Nos alejamos unos metros y entonces, yo con las gafas en la frente, veo un helicóptero que vuela bajo y escucho gritos entre los de alante. Como un bobo, me pongo a saludar y me doy cuenta que ¡¡esto ya ha empezado!!. Me pongo las gafas, intento ver a Sergio, aunque no lo consigo...y empiezo a nadar.

Disfruta, disfruta y disfruta. Ese mantra que tanto repetí en el iron, me sirve de arranque aquí. En esta ocasión, aún es más fácil porque cada vez que sacas la cara a respirar, ves las montañas que nos rodean y eres muy consciente de donde estás.  La verdad es que aunque me voy librando de golpes, la sensación de que necesitas ir concentrado es total. Casi mil personas, dos mil brazos y otras tantas piernas en un espacio que inicialmente es muy estrecho, hacen que sea imposible tener la sensación de nadar libre.
Así y todo, tengo una natación bastante limpia en toda la primera vuelta y me siento muy fuerte. La sensaciones son de ir bastante rápido y soy capaz incluso de elegir a que pies ir y de tener bastante claro el ritmo que llevo y el desgaste que implica.

Al final de la primera vuelta, tengo un incidente con otro triatleta. Vamos a girar la boya y somos bastantes, me viene por detrás y por un interior que yo estoy cubriendo. Me da una vez, igual fue un accidente. Dos veces, amigo ésta ha dolido. La tercera me da en el hombro y siento que tira hacia atrás. Espera, yo ahora soy buen nadador no?, vamos a probarlo. Me abro a la derecha, lo dejo pasar, me pongo a su izquierda, lo remonto y ¡oh Dios me perdone! (aunque no tengo ni arrepentimiento ni propósito de enmienda) le sacudo un medido y preciso codazo en la cabeza que, en mi opinión y considerando el dolor en mi codo, compensaba los "accidentes" previos. Cambio el ritmo, y hago 50m muy fuertes en los que lo dejo fácilmente atrás (que si, Toni que si...que ando bien en el agua!) y sigo a lo mío que es nadar y disfrutar. 

En la larga recta final, han debido abrir una pequeña presa o similar, porque de repente noto "olas" y atravesamos una zona en la que hay muchas ramitas y hojas flotando. Se hace un poco incómodo, pero es solo un lunar en una natación preciosa en la que sientes que estás nadando en una botella de Fuensanta. Tanto es así que creo que bebo un montón, al menos deshidratado no iré en bici.
Subo por la rampa y al echar la vista atrás confirmo que he hecho una muy buena natación ya que el número de gorros en el agua es realmente grande. Se que muchos, muchísimos de esos no tardarán en pasarme pero que narices? que me quiten lo bailao!.

Paro el crono en 44 minutos, mis cálculos preveían unos 42 que suponían nadar 2.200m a una media de 3:45 los 200m. Ya en la bici comprobaría que la distancia nadada fue de 2377m con lo que la media salía prácticamente planchada.

Me sorprende ver a Leti y a los niños, tengo tiempo incluso de darles un beso a Sara y a David, mientras corro hacia el box. Leti llegó un pelín tarde para ese beso. 
La transición tranquila pero ordenada. No me pongo nada de abrigo, porque luce un sol muy agradable aunque si meto en el maillot un buff, los manguitos y el chubasquero. Tomo la pastilla de sales y cojo la bici para iniciar lo que sin duda es el plato fuerte de este triatlón. 115Km de bici por el corazón de los alpes, ascendiendo unos 3000m y atravesando dos puertos previos antes de enfrentarnos al coloso.

Para esto hemos entrenado, y para esto hemos venido. Recuerdo subirme a la bici con una sonrisa y con el ánimo al 110%....vamos!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario