viernes, 24 de junio de 2016

QUE NO SE APAGUE LA LUZ

El otro día, mi amigo Andrés publicaba un poema que escribió Marianne Williamson y que usó Nelson Mandela en su discurso de investidura en 1994. Un escrito que me hizo pensar como hacía tiempo, no pensaba.
 
En el poema se habla de la necesidad de ser nuestra mejor versión, de no tener miedo a mostrarnos grandiosos, brillantes, excepcionales o únicos si realmente lo somos.
 
Solo siendo así, podemos enseñar a nuestro entorno a ser también su mejor versión, a enseñarnos a su vez como ser mejores.
 
Se habla de la timidez a hacerlo, de la "educación" que supone no destacar para no herir, no brillar para no deslumbrar.
 
Digo que me hizo pensar, porque mi respuesta inmediata (se dirigía a una persona a la que quiero mucho), fue decirle que a su lado siempre he tratado de brillar lo más posible, en el convencimiento de que, tal y como decía el poema, esa luz solo conseguiría aumentar la suya propia.
 
Después de eso, seguí pensando, ¿Cómo no?, y me di cuenta de que por fortuna estoy rodeado en mi círculo más cercano por personas que me ayudan a desear ser mejor cada día. Gente que hace que no solo no oculte mis virtudes, sino que me anima a que enseñe también mis defectos con la ilusión de que entre todos los corrijamos.
 
Estoy casado con una mujer que tiene luz propia, luz intensa que no me hace sombra, luz que hace que la mía aún brille más. Cada día, su ejemplo me ayuda a entenderme mejor, su apoyo incondicional a que quiera mejorar y mejorar y mejorar, y su comprensión ante mis errores a que solo desee aprender de ellos y no enterrarlos en algún sitio donde no aporten nada.
 
Mis hijos, sin duda esto lo compartirán todos aquellos padres y madres, esos que te miran como a un espejo. Esos que abren los ojos como platos ante cualquier pequeño reto que logres, esos que te retan y desafían para "ser mejores que tú". Si la línea de mis éxitos es la que marca su primer objetivo, tendré que llevar esa línea lo más lejos posible.

Por último mis amigos, mi entorno. Procuro rodearme siempre de gente brillante, gente que aporte y que no reste y ¿por qué no decirlo?, gente que te hace sentir que es importante que sigas intentando iluminar y que agradecen esa aportación en sus vidas. Tal vez disfrutar de eso sea parte de vanidad, pero en mi opinión (y también lo recogía así el poema), si por vanidad se entiende el no infravalorarte sino hacer todo lo contrario, hacer que destaque aquello en lo que eres bueno, pues bendita vanidad.
 
Esta claro que en el ámbito deportivo, mis resultados no pueden servir para iluminar a mucha gente, pero si tal vez mi tesón, mi constancia, mis ganas por seguir un poco más, y tal vez este blog sea el faro desde el que me gusta proyectar esa luz.

Creo que es tan importante el potenciar la luz propia, como arrimarte a personas que también la tengan. Puede que mucha gente se sienta incómoda rodeada de luces tan o más brillantes que la suya, pero si un día la luz de uno se apaga y estás solo ¿te quedarás a oscuras?.
 


miércoles, 15 de junio de 2016

NO SE PUEDE DISFRUTAR MAS. ZARAUTZ 2016

Cuando las cosas salen perfectas, salen perfectas y no hay mucho más que añadir.
Desde el día en el que, apartando los nervios, empecé a concentrarme solo en disfrutar del triatlón de Zarautz, todo cambió y me permitió hacerlo de una manera que incluso hoy, me sigue sorprendiendo.
Todo estaba alineado para que fuese una experiencia inolvidable. En el viaje me acompañaban, aparte de la inefable Le, mi madrina y el gran Huerta. Machote de honor, conocedor del deportista aficionado y apasionado del disfrute.
Por si esto fuese poco, me iba a Zarautz. No voy a decir que es mi segunda casa, pero podría hacerlo. No solo porque son tantas visitas que en el pequeño alojamiento donde siempre nos quedamos "somos de casa", sino porque allí tengo AMIGOS de esos que no pueden definirse con palabras.
A pesar de la distancia que nos separa, que haga que nos veamos a lo sumo dos veces al año, allí tengo a Jorge, a Ana, a Marichu y ¿cómo no? a Jose Zulaika.
Algo ya puse del calvario que Jose ha pasado este año y que yo, aún viviéndolo a kilómetros, he intentado seguir de cerca para demostrar que el cariño no se hace solo con roce y presencia, siempre hay algo más.
De todos ellos hablaré en la crónica sin duda, porque gracias a ellos, la tensión se minimizó y el "éxito o fracaso" se relativizó tanto que las ganas de disfrutar lo dominaron todo.
Aunque podríamos empezar la crónica en aquel lejano Febrero en el que, más tenso si cabe que en la playa de Getaria, me puse delante del ordenador para conseguir uno de los preciados 650 dorsales que se pusieron en juego. Aquel día estuve rápido y "gané". Tras la primera llamada que fue para Jose...me puse a trabajar para disfrutar de un triatlón sin duda mítico.

Por el medio, la adaptación al nuevo puesto que no ayudó mucho. Demasiados cambios en una rutina muy exigente, que se ve afectada, y que si ya cuesta mantener dentro de una "cómoda estabilidad", os podéis imaginar en este caso cuando la cabeza no puede pararse mucho a pensar en entrenos, ritmos, alimentación etc.

Con los habituales (aunque acentuados) vaivenes de estados de ánimo, llegamos a los días previos realmente motivado y con ganas de disfrutar de esa experiencia.

El Viernes me lo cojo de vacaciones y así tengo tiempo de prepararlo todo con calma y poder repasarlo una y mil veces. La complicada logística de un tri lejos de casa, hace que un olvido tenga muchas consecuencias y por eso, fiel a la lista, lo reviso todo a fondo. Ultimo entreno suave y ¡¡estoy listo!!.

Sobre las cuatro arrancamos con Clara y Javi, y tras un viaje de lo más entretenido (aunque la hernia me duele mucho más de lo normal), llegamos a Zarautz. Dejamos las cosas en el Itulazabal (anotároslo si tenéis que pasar unos días allí) y bajamos a encontrarnos con nuestros amigos.

Emocionado encuentro con Jose, Marichu, Ana y Jorge. Hace tiempo que no les veo, y como siempre en estos casos, mi tensión precompetitiva me hace estar más sensible de lo normal.

Cenamos muy bien en un italiano y, aunque me lo paso en grande, el hecho de estar a aguas y con algún nervio (no demasiados la verdad) hace que esté "en otra liga" y no al nivel que la fiesta merece.

Pronto al hotel a descansar, y vaya si lo hago. Duermo como un bebé y, aunque me levanto con bastante dolor de espalda, tengo la sensación de que estoy al 100%. La lluvia golpea el velux de la habitación y eso me preocupa, aunque confío en que las previsiones acierten y según avance el día la cosa mejore.

De esa mañana no hay mucho que contar, contengo lo que puedo los nervios y sigo muy concentrado y convencido de que "lo voy a hacer bien". Esto se podría resumir en que "voy a pasar los cortes y voy a disfrutar la experiencia".

Decido bajar los 2km que me separan del box en bici, para no solo soltar tensión, sino también para comprobar que todo en la bici está bien. Javi y Leti bajarán en coche y nos encontraremos en la entrada a los boxes.

Allí, llega el imprevisto habitual (cuando no es una cosa, es otra). A pesar de haber revisado todo al detalle, paso el control del material y en el segundo control, el del DNI y licencia, la chica mira mi casco y dice "575"...mientras otra me busca en la lista, le digo que no, que soy el 577. Ella mira de nuevo y dice..."575". No me lo puedo creer, mis pegatinas de brazo y pierna...577, el dorsal de la bici...577, el dorsal de la cintura...577, me quito el casco para mirarlo y ¡boom!..575!!!. Es increíble que después de haber sacado los dorsales del sobre al menos dos veces, haberlos distribuido bien separados, y haberlos comprobado todos, no haya visto eso.

Por suerte tengo tiempo de sobra, así que voy hasta la carpa de la organización, me hacen un número "manuscrito" y listo!. Vuelvo y entro sin problemas a dejar mis cosas.

Es increíble el nivel de bicis que ves aquí. Cabras de todos los colores, ruedas lenticulares, cascos aéreos y, sobre todo, auténticos "animalitos" que deben moverlas a unas velocidades de vértigo. En fin, mi Conor y mi barriguita cachopera están a gusto aquí y eso es lo importante. Tenemos nuestra guerra particular y en esa es en la que vamos a luchar.

Tras dejarlo todo con la máxima concentración, me reúno con los míos y disfruto del lujo de tener a unos metros el local de la "sociedad" de Jose, en la que ellos disfrutarán después de un festín, y en la que yo como mis sandwichs pre competición. Como punto y final a mi extensa preparación mental, ver como Jose y Javi liquidan una botella de Txakolí ante mis narices, mientras yo "disfruto a más no poder" de un riquísimo bote de energy mandarina de 226ers...un lujo!! 

Por fin llega la hora y, gracias una vez más a esos AMIGOS que tengo, no tengo que irme solo en el autobús a Getaria, sino que me acompañarán para estar conmigo en la salida. 

Una vez en Getaria, me pongo en modo "vamos a por ello". Aunque mantengo la calma, hablo ya poco y miro mucho a la playa. Una vez más, la sensibilidad me desborda un poco y tengo que apartarme para intentar esconder las lagrimillas que me salen. Un par de respiraciones profundas y ala!, ya estoy como nuevo.

Antes de bajar a la playa, Leti nos va a hacer una foto a Clara, Javi, Jose y yo...y una chica se para para no molestar la foto. No es otra que Ainhoa Murua, una "bestia" que en Río cumplirá sus cuartos juegos olímpicos y con un palmarés impresionante. Oportunidad que no desaprovecho para pedirle que se una a nosotros en la foto. Muy maja, ya tengo mi foto con la que a la postre ganaría el tri con una exhibición brutal.

Bueno, me voy a la playa embutido en el neopreno. Leti y Javi me acompañan. Pruebo el agua que está fresquita pero agradable. Como siempre "vuelo" en los metros de calentamiento, me encanta esa sensación de ligereza en los primeros metros. Antes de salir, vemos al que ganaría (tan solo pon undécima vez) el tri. Eneko Llanos calienta corriendo por la playa, otro "cojo" el tío.

Salen las chicas, y al lío. No me pongo muy adelante, pero tampoco atrás del todo. Se que estoy nadando bien, y al menos lo voy a intentar.

La música de "La Misión" antes de salir eriza los pelos en los segundos finales. Ajusto las gafas hasta que noto el vacío que succiona ligeramente mis párpados. Es el último gesto. Ahí termina el infinito protocolo previo. Ahí se acaban los nervios y la adrenalina explota mientras finaliza la cuenta atrás. Suena la bocina y, como tantas otras veces la piel de gallina se nota bajo el neopreno. Tras correr por la arena y despedirme de Leti y Javi, busco un hueco entre los 600 compañeros y sumerjo la cabeza en el mar. Es el inicio de un reto soñado, el final de otra parte de mi camino. Tri Zarautz 2016...te voy a disfrutar!!.

El arranque de la natación es infernal, pero contaba con ello. Ritmo intenso para mantener el hueco que me he hecho. En cada respiración hay que luchar por extraer aire útil de entre la espuma que levantamos. Pocas brazadas completas, muchos golpes y fuerza....mucha fuerza. Trato de protegerme lo más posible y controlar el entorno. Así y todo, recibo un fuerte golpe en la cabeza y trago agua. Me ha entrado agua en la gafa derecha y, sin pararme, aprovecho una brazada para vaciarla y poder seguir.

Desde la playa he visto un velero que deberíamos dejar a nuestra derecha, pero el jaleo es tal que lo paso sin ni siquiera verlo. En cada toma de aire solo veo gorros, brazos y espuma, mucha espuma.

Aún manteniendo mucha gente alrededor, parece que la cosa se calma. Levanto un poco la cabeza (hasta entonces he nadado por donde iban todos) y sitúo la primera boya en mi línea y cerquita. Pienso que todo va bien y me concentro en nadar. Me acuerdo de Toni y de todo lo que hemos entrenado este año. Noto fuerza en los brazos, así que me concentro en "hacer buena cada brazada". Cuerpo estirado, entrada suave, codo alto, agarrar y empujar mucha agua, estirar brazo atrás y deslizar, deslizar y deslizar.

Paso cerca de la boya y sigo la línea de costa. Voy junto a más gente y creo que alcanzamos a un grupo porque de repente, vuelvo a estar rodeado. Empujo un poco, me protejo otro poco y trato de avanzar. Cuando creo que ya está pasado, recibo un tremendo golpe en el ojo izquierdo. No se si fue patada, codazo o que, pero noto como me hunde la gafa en el ojo y me duele bastante. Me paro, recoloco la gafa, compruebo que no hay brecha y a seguir. Nadie dijo que fuese fácil.

Desde ahí a la playa, todo más tranquilo. Trato de coger un par de pies y noto que alguien me sigue ya que recibo toques en los míos con regularidad. Pienso que estoy manteniendo un buen ritmo sin fatiga y en un par de veces que miro para atrás veo suficientes gorros como para saber que estoy en tiempos seguro.

Por fin, alcanzamos la playa. Me pongo de pie junto a cuatro o cinco más. Efectivamente aún hay muchos nadando. Miro el reloj y compruebo que los golpes lo han parado y que no tengo la referencia del tiempo. Pregunto a los que tengo alrededor. Al primero le ha pasado lo mismo, pero otro nos "canta" que estamos en 48 minutos, bien!! sector pasado con más margen del previsto.

Salimos trotando una vez que el agua nos llega a las rodillas. Para mí es una parte dura. Aunque haya nadado relajado, en este momento el pulso se me dispara, las piernas están muy frías y me cuesta respirar sin jadear. Así y todo, troto con el resto para llegar a boxes.

Por el camino, veo a Leti y a Javi en la arena a mi izquierda. Me gritan y animan. Creo que hago un pequeño gesto (ya os digo que ésta es una fase "oscura" en mi memoria), y me voy al box tras pasar por la refrescante ducha.

Paso por la salvadora alfombra de tiempos (primer objetivo cumplido) y entro en boxes viendo muchas bicis lo que también me motiva.

Transición tranquila, en la que me siento para ponerme los calcetines, me tomo la primera pastilla de sales, veo a Javi haciéndome fotos...y arranco.

Larga transición llena de gente, pasamos por el paso subterráneo y ya estamos en la calle principal. Momento de respirar, concentrarse, buscar un hueco para subir en la bici sin problemas y a ello. Justo al arrancar, veo a Ana y Jorge a mi derecha que me animan a voces. Me da un subidón enorme, les hago un gesto con el puño para transmitirles lo fuerte que me siento y empiezo a pedalear.

El puerto de Meagas arranca justo en la salida del pueblo. Se que no es muy duro, pero también se que ahí me la juego. Me da igual que me adelanten un montón de fieras ahi (cuento con ello). Lo que necesito es subir ligero, a los ritmos que he imaginado y sin que el pulso se acerque a la zona 3.

Pronto veo que todo eso se cumple con precisión. Las fieras van pasando como balas (señal de que he nadado bien). Alguno con lenticular trasera que suena como un Boeing 747. Mi ritmo es bueno y no me atranco. Un vistazo al cuenta y al pulsómetro me confirma que las buenas sensaciones son reales y cumplo con lo previsto.

Paso el avituallamiento y alucino con la entrega de los voluntarios. Te ofrecen de todo con orden a la vez que te animan, corren contigo para que no tengas problemas al coger las cosas y animan, animan y animan!!!.

Llego arriba y empiezo a disfrutar. La bajada es rapidísima, casi ni toco el freno, solo al pasar a una chica que cambia de trayectoria de manera brusca y me da un sustillo. Nada serio, la paso tras la curva y para abajo como un tiro. Al final de la bajada, más gente animando, ahi ya empiezo yo a saludar y a dar las gracias.

Tras la bajada un tramo de llano donde mantengo buen ritmo y llega el "repecho de los tres carriles". Lo he leído en tantas crónicas que ya le tenía miedo. La verdad es que es un repecho durillo, pero corto. Lo subo entero de pie, manteniendo buena cadencia y sin problema. Otro tramo rápido con un repechín y estamos en Zumaia.

El paso por aquí, sobre todo la salida junto a la playa es emotivo. Aquí pasamos unos días este mismo verano y también con David recién nacido. Una playa en la que he disfrutado mucho. La miro al pasar y me acuerdo de esos momentos.

El tramo que viene ahora lo conozco bien y me empleo a fondo. Llevo a un compañero unos 20m por delante y me adapto a su ritmo. Me doy cuenta de que en las  zonas favorables levanto un poco el pie para mantener la distancia y, sin embargo, su ritmo me obliga a forzarme cuando pica para arriba si quiero seguir ahí.

Justo antes de Getaria le paso y le digo que vamos muy parecidos, que me use de referencia que hasta Zarautz "le llevo". El repecho de Getaria es exigente y me fuerzo. Arriba...otro momentazo. Gente y mas gente, que no para de animar. Es gritarles a los primeros mi típico "Graaaciasssssss" y los siguientes redoblan sus gritos....espectacular.

Salgo de allí motivadísimo, lo que unido a lo favorable del terreno hace que me ponga por encima de 40Km/h. Al poco miro atrás y veo que el compañero se ha descolgado mucho. En estos saraos, obviamente no vengo a ganar a nadie, pero el hecho de ver que vas un poco más que alguien motiva, y confirma las buenas sensaciones.

Llega el primero de los momentazos. Aunque mi cabeza me dice que tengo que ir en los tiempos previstos, no he mirado ni una sola vez la media. No la he calculado y simplemente "voy". Al primer paso por Zarautz la voy a mirar. Recordad mis previsiones, 25Km/h mínimo para el corte, 28Km/h objetivo para sonreír. Con un poco de miedo, pulso el botón del cuenta y ¡¡¡29,9Km/h!!!. Soy consciente de que me ha pasado hasta el apuntador y que mi ritmo es lamentable comparado con el de esta gente, pero recuerdo la frase que siempre me ha motivado "solo debes tratar de ser la mejor versión de ti mismo", y a fe que lo estoy siendo.

A la salida de Zarautz para el inicio de la segunda vuelta, oigo un grito a mi izquierda y allí están Ana y Jorge. Otro subidón, como puedo saludo con el brazo y arranco de nuevo Meagas convencido de que Zarautz va a ser el disfrute que soñé.

De la segunda vuelta, poco que contar. Saludo más que efusivamente al grupito de animadores que ví en la primera vuelta, mantengo el ritmo vivo sin machacarme y empiezo a pensar en Aia y Txurruca.

Paso de nuevo por Zarautz y tras comprobar que la media sigue en unos buenísimos 29,4Km/h, me acoplo y atravieso el pasillo de gente disfrutando. Busco a alguno de los míos, pero en esta ocasión no los veo.

Empezamos los últimos 25Km con la subida a Orio. Corta y suave, pero que a estas alturas ya obliga a regular y apretar para mantener un ritmo alegre. Bajada muy rápida y preciosa hasta Orio en la que paso "sin querer" a un par de compañeros y enseguida la desviación que nos llevará a Aia.

El terreno pica para arriba y voy muy tranquilamente manteniendo distancia con gente delante. Oigo una moto que me sigue de cerca bastante tiempo y pienso si será un juez, y si estaré haciendo algo mal. Hay muchos metros con los de delante y me palpo el dorsal para comprobar que sigue ahí. Como la moto también sigue me giro y veo que es un señor mayor, con el chaleco de Cruz Roja. Se pone a mi lado y le pregunto por la dureza de Aia. Se sonríe y dice que es duro, que lo es mucho. Yo le contesto que "bueno hombre!!, prisa no tenemos y a cenar llegaremos". Se parte el buen hombre, me anima y acelerando se despide....que bueno ahora ir en moto.

Desvío ligero a la izquierda, y aquí está. La carretera apunta al cielo y empezamos a subir. Se pone a mi lado otro triatleta, que me pregunta si quiero agua ya que la va a tirar para aligerar. Aprovecho para dar un traguito y preguntarle si conoce la subida. Me dice que si, que es dura pero que con calma se sube.

Se va un poco por delante, yo meto el 30 y empiezo el pim pam que ha de llevarme arriba. Reconozco que es duro, pero en mi opinión no tanto como esperaba. Son cuatro repechos muy duros, pero con descansos intermedios y al ritmo trotón que subo yo, se hacen fácil.

Justo antes del último, un señor me dice que ya está, que son 100m. Transcribo la genial conversación.

Yo: "¿En serio?? ¿Termina ahí?
El: Si...si...ahí mismo!
Yo: "¿Seguro eh?
El: Que si joder!! Un esfuerzo más
Yo: "Pues entonces mira lo que es un alarde de un asturiano". Bajo tres coronas, me pongo de pie y al grito de "vaaaamossss" arranco parriba.
El: Ostia!! Que bueno (y gritando a unos cuantos que estaban arriba) "EEPAAA....AHI VA UN ASTURIAAANOOOO".
Los de arriba: OOEEOEEEOEE, TXAPELDUN!!, OSO ONDO, ASTURIANOOO GRANNNDE....

Ja,ja,ja,ja,ja.....llego con la lengua fuera y los últimos 5 metros pienso que no los hago, pero ha merecido la pena. No se me olvidará en tiempo.

Bajada rápida y bonita, que termina en un llano favorable, también rápido, hasta Orio de nuevo. Desvío a la izquierda, recta junto a la ría, y a por a última subida. Esta si que apunta al cielo. Paso abajo del todo a una chica a la que animo y me mantengo en el ritmo de al menos otros tres o cuatro compañeros. Casi arriba, alcanzo a "la rueda" que seguí al comienzo de la bici. Lo saludo y me reconoce, hacemos juntos los últimos (y durísimos) 50 metros y coronamos!.

Otra bajada muy rápida y delicada que hago con confianza y sin ningún problema. De hecho distancio en mucho a los que coronaron conmigo. Entro en Zarautz viendo que el crono marca las tres horas...contento es poco!!. Veo a Javi y a Leti a mi derecha, me suelto de manos y haciendo el signo del triple les grito "TRES HORASSSS...VAAMOSSSS". Más adelante, Jorge y Ana que me animan y a los que repito gesto y saludo.

T2. Se acabaron los miedos. A partir de aquí tengo hasta que oscurezca, ja,ja,ja. Ya no hay corte que me preocupe y solo queda rematar esta fiesta.

Me bajo de la bici con cuidado y corro hacia el box evaluando las piernas. Las sensaciones no son malas. Si que voy un poco tieso de la espalda, pero las piernas parecen frescas y sin amagos de calambres o contracturas.

Transición muy tranquila en la que al final coincido con el de al lado, y me reconoce como compañero de varias zonas del circuito. Con un "ahora ya no hay presión...y a cenar llegamos" me despido y arranco la carrera a pie.

A los pocos metros veo a Leti y a Javi, que me animan. Leti me grita un "te sales cariño, te sales!!" que me motiva muchísimo. Tanto que salgo por debajo de los 5 min el km (el segundo km a 4;46). La primera vuelta la hago muy fácil, viendo buenos tiempos en el reloj y con buenas sensaciones. El paso por el pueblo es algo para no olvidar. Gente, gente, y más gente animando sin parar, es brutal!.

Después de ver a Leti y a Javi en el mismo punto donde estaban, recojo la primera pulsera y giro. En ese punto están Ana y Jorge que me animan muchísimo. Es un momento en el que empiezan a pesar los kilómetros y agradezco cada ánimo.

La segunda vuelta es la del sufrimiento. No llega a agobiarme, pero si el ritmo decae un poco. Me paro y camino unos metros en los avituallamientos. El calor es intenso y lo noto. Empiezo a ver tanta gente andando o parada como en un iron. Esto me hace ver que ese calor que siento, está haciendo estragos, y me vengo arriba, pensando que ahí estoy. Estoy dentro de una prueba dura y con un gran nivel. Estoy!.

Segundo giro y a por la última vuelta. Aquí ya voy listo para disfrutar y a fe que lo hago. Aunque paso la zona del pueblo con la mirada baja (es imposible responder a tantos ánimos y a mí me gusta hacerlo), al salir me mentalizo para correr "solo" 6 km más.

Esto tengo que contarlo. Tras el segundo avituallamiento, hay un grupo de chavales que a cada paso, montan una barrila de escándalo. En esta vuelta, a unos metros de ellos me paro. Levanto los brazos y les grito "¿Queeee??? ¿¿¿ahora que me tenéis preparaaaadooo???". Os podéis imaginar la que montaron...ja,ja,ja,ja. Brutal!!!. Con un "sois la ostia!!!", sigo corriendo.

Ultimo paso por el malecón y a por la última pulsera, la negra, la chula, la de finisher, la de verdad!!. La cojo, la beso y me concentro en disfrutar el último paso por el pueblo. Antes, doy la mano a todos los voluntarios que puedo y les agradezco su trabajo y ánimos. Una cosa que me llamó la atención, es que al menos yo no vi a ningún otro triatleta hacerlo, y la reacción de estos voluntarios era realmente de sorpresa y agradecimiento.

Y ahí estamos, a cincuenta metros del pasillo humano que me llevará a meta. En un gesto improvisado, me quito la gorra y las gafas, y levanto la vista para tratar de "ver" el mayor número de caras posible. Grito mil veces "gracias", sonrío, celebro, choco palas y cierro el puño y...ahí está. Ya no sigo defrente, giro a la derecha y veo el reloj que aún no marca las seis horas. Se que lo han arrancado con la salida de las chicas, 15 minutos antes, con lo que madre mía! que carrerón!!.

Unos metros antes de la meta veo a Leti y a Javi, les saludo y allá voy. Miro atrás, veo que voy solo y a falta de dos metros, me paro, miro arriba y cruzo caminando una meta que me sabe a gloria.

De los momentos posteriores, sin duda me quedo con el abrazo con mi amigo Jose. Por él, en parte, estoy aquí y ha habido varios momentos en los que pensar en él me ha ayudado a seguir. También con Leti (sobran las palabras), mi madrina, Javi....

Tremenda celebración posterior, en la que todos disfrutamos mucho y unas sensaciones de felicidad realmente intensas.

Otro triatlón, otra experiencia, otra etapa. Seguimos disfrutando mucho de esto, incluso con sus valles que no olvidamos, y esperamos seguir así. La próxima parada será el iron de Vitoria en el que intentaremos disfrutar al 100%. Os espero a todos para contarlo.

Sin duda...la mejor foto para definir la experiencia....que va mucho más allá que una carrera.





domingo, 5 de junio de 2016

MONTAÑA RUSA EMOCIONAL

A veces he hablado de los dientes de sierra que suponen, al menos en mi caso, las distintas fases emocionales por las que uno pasa en la preparación de retos tan exigentes, como lo son para mí, aquellos a los que me enfrento.

El pasado jueves, sembraba una mezcla de preocupación y polémica entre mis amigos al renegar públicamente de cómo me sentía tras completar (ojo, con "éxito en lo deportivo") un duro entreno de 15 series de 400 metros.

En mi defensa debo decir que esas series las hago al mediodía, tras cuatro horas largas de trabajo y previas a otras tantas de tarde. No me quejo, faltaría, de mi trabajo, pero la desestabilización que me ha provocado el cambio de puesto, evidencia que para exprimirte al máximo, la estabilidad en todo lo que te rodea, es fundamental.

Mi "crisis", "desahogo", "queja", o como querías llamarlo, se centraba en que ya no solo no podía encontrar la felicidad en el entreno hecho, si no que ni siquiera fui capaz de pensar que aquello...me llevaría a lograr algo. La duda estaba en ese algo, ¿en bajar unos minutos un tiempo?, ¿en ser más rápido de lo que era?, ¿más fuerte?.

Una reflexión profunda me había llevado al convencimiento de que, pasados los días, la maratón de Coruña me había hecho más feliz que la de Vitoria. Es decir, el hecho de quitarme un dorsal sin fuerzas y ser mentalmente capaz de volver a ponérmelo para entrar en meta varios minutos por detrás de mi mujer, me hacía más feliz que correr "sobrao" con ella y ser capaz de hacer una estratosférica marca de 3h 50min.

Pensando en eso, no veía sentido a machacarme de una manera continua ¿para qué?. Vaya por delante que nunca critiqué a mi entrenador (ya amigo), ni a su plan en sí. Se que me llevará a estar en la salida de Zarautz a mi 110% y también en la del ironman de Julio. Siempre lo ha hecho, y lo volverá a hacer.

El problema es mío, única y exclusivamente. Necesito RETOS, desafíos que me motiven y en ese momento, la presión de los tiempos de corte de Zarautz desencadenaron un "mal rollo mental" que se me hizo duro. Tampoco ayudó la reproducción de los dolores de la hernia, no más que los ya pasados, y en conjunto...exploté!!.

Increíble como siempre el apoyo de los que me quieren, a pesar de que con el paso del tiempo algunos se van separando, siempre hay gente dispuesta a ayudar y animar sin falta de pedirlo. Por todos ellos merece la pena seguir. Cuando recibes un mensaje que dice "alguien como tú no se rinde, se adapta y disfruta. Eres un ejemplo para muchos como yo, y lo sabes. Animo", poco puedes hacer aparte de asumir el momento de bajón como tal y tirar para adelante.

El comentario de mi amigo Jose Zulaika cuando le pasé mi última entrada, tampoco me deja mucho lugar a dudar. Vamos a correr Zarautz con todo lo que tenemos (que es mucho), pero si por lo que sea, no paso un corte, o las cosas no van bien, la fiesta está asegurada, la celebración lo será de algo mucho más importante que una meta, una clasificación o unos tiempos.

Dicho esto, después de esas series no penséis que he parado. El Viernes al mediodía, tortura en la mesa del fisio, seguidas de las "banderillas" que me pincha Egocheaga para tratar de mantener la hernia a raya.

Por la tarde quedé con Bau para nadar en Candás. Muy mala mar que no me dejó sacar los ritmos que buscaba, pero fiel a la filosofía positiva, disfruté del kilómetro largo nadado y mucho más aún de las dos birritas que nos azotamos después. Tan bueno era mi estado de ánimo, que improvisamos una cenita en La Pola con la familia y "la concejalía". Nada mejor que estar entre amigos para cerrar la semana.

El sábado amanecía temprano y con una ligera resaca (lo admito!!, en mi defensa decir que la próxima cerveza que tome ya será en Zarautz...hasta ese día seré un niño bueno y 0%), cogía la bici para ir hasta Gijón. Allí había quedado con Bau, pero antes necesitaba probarme.

El recorrido escogido fue Lieres, La Pola, Muncó, Muñó, La Madera, Gijón. Tomé tiempos en las dos subidas de Muncó y La Madera (con perfiles clavados al de Meaga que pasaré dos veces en Zarautz) y comprobar que los subí a 17Km/h de media me deja muy satisfecho. Ya en Gijón, y con Bau, hicimos Infanzón por La Providencia, Peón, Curbiellu y vuelta a Gijón. Estos últimos kilómetros más suaves, pero sin duda más plenos, acompañando a mi hermano y disfrutando de su recuperación y esfuerzo. En definitiva, más de 70Km con 850+ y unas sensaciones muy buenas.

Tras ver a Sara jugar en Gijón y comida familiar, tocó trabajar un poco representando a Tartiere en la entrega de premios de la Audi Quattro Cup de golf que se celebró en La Barganiza...es lo que tiene ser un tío importante, je,je,je.

Hoy entreno duro de transición que tras los Aquarius de ayer (¡¡que sí, que si!!, que me lo tomo en serio) se presentaba motivador. De nuevo Bau como compañero en la bici, vuelta por La Campa y Nava en la que "fui sin cadena". Fabulosas sensaciones en cada repecho que me fueron animando en cada pedalada. Ya en Lieres, decido probar una dura rampa que cada día veo y que apunta directa al cielo. En la base, Bau me dice que debe tener más del 25% y que lo ve jodido, muy jodido. Tanto es así, que tiene problemas para subir andando unos metros para grabar el vídeo que le he pedido.

Con cierto miedo al "¿y como me suelto si no subo?", arranco desde abajo con fuerza. Meto el 30 y pimba, pimba. Es dura, muy dura, estoy seguro de que si que pasa en algún punto del 25% y obliga a exigirte al máximo para mantener un ritmo lo más vivo posible para no caer. Al final, subo, subo y llego arriba FELIZ...por fin joder!!!!.

Bajando, los problemas. Si quiero parar la bici, derrapan las dos ruedas (que si! que va en serio! que eso es pindio, pindio!!) y como no es plan de quedarse con ellas cuadradas, me bajo y no sin cierta dificultad consigo llegar abajo.

Me despido de Bau, me pongo los playeros y a correr. Duelen las piernas, pero me noto fino. Primer kilómetro 4:58!!, ahí va!! ¿será verdad?. La verdad es que lo fue y, tras 17Km, llegaba a casa después de marcar una media de 4:57 y con un subidón de aquellos de antaño.

Esta tarde volvió a tocar un poco de representación en el Golf, esta vez con el torneo infantil que la verdad es que me llena más, pero con las endorfinas disparadas todo se hace más llevadero.

En definitiva, no creo que deba pedir disculpas a nadie por tener días malos, ni mucho menos por no tener claras mis propias ideas, pero si creo que debo dar las gracias a todos los que estáis ahí en mis días de celebración, pero también en aquellos días en los que estoy tocado y me cuesta animar a nadie porque no soy capaz de hacerlo yo mismo.

Vamos a ir a Zarautz a pasarlo en grande, a disfrutar de una carrera única y que sin duda constituye en sí misma "una experiencia de vida". Vamos a ir además con los deberes hechos, siendo un triatleta aficionado que disfruta mucho de lo que hace y que pondrá en cada brazada, en cada pedalada y en cada zancada, todo lo que tiene que, insisto, no es poco.


jueves, 2 de junio de 2016

LOS NUMEROS DE ZARAUTZ

Si no lo hago, no sería yo. No es que esté yo muy motivado con esto de los números, los ritmos y las exigencias este año, pero tengo que reconocer que solo con un poquito de motivación puedo tener alguna opción de ser finisher de Zarautz, así que vamos a tratar de motivarnos.

Zarautz es un RETO con todas las mayúsculas posibles. Esta será la edición número 30 de un triatlón mítico en España (y me atrevería a decir que en Europa). Aparte de la gran cantidad de pros que lo corren, (el ganador cruzará la meta antes de que yo me baje de la bici...y eso que es un doble olímpico!), el recorrido es tan precioso como duro y el nivel de los "aficionados" es enorme, sin duda muy superior a ninguno de los triatlones que ya he corrido.

Esto, a pesar de que me resisto con todas mis fuerzas, hace que me desmotive un poco y le "pierda la gracia" ya que, incluso haciendo parciales increíbles para mí, acabaré seguro en los últimos puestos.

Cuando empecé con esto, no solo no me importaba y casi me hacía sentirme mejor si cabe. Con el paso de los años y la evidente mejoría de nivel que he experimentado, mi cabeza no puede evitar los negativos pensamientos como "¿para qué leches me estoy machacando si nunca dejaré de ser un paquete?". Antes de que me riñáis en exceso, vaya por delante que lucho, y mucho, contra esas ideas y me centro en mi mejora personal y en disfrutar cada pequeño, o gran, logro y cada día.

Ahora, ante un triatlón que no supone un reto por la distancia (ya he hecho esta distancia y más), no lo supone por la dureza (tras AlpedHuez, pocas cosas lo serán) y que solo lo supone por la exigencia de marcar unos tiempos mínimos para pasar los cortes, mi cabeza se descentra.
El problema es que para mí, esos tiempos de corte son realmente exigentes (tal vez menos de lo que pienso) y, aunque confío plenamente en pasarlos, han llevado el reto de Zarautz a "una cuestión de tiempos" y eso no me gusta.

Por este motivo, voy a hacer como siempre con cada reto. Voy a hacer mis estimaciones previas, pero aparte de los tiempos en los que siempre centro estos previos, voy a buscar "ver" en cada sector más cosas que se que me harán feliz y que lograrán que DISFRUTE de la magia de este triatlón, independientemente de que sea yo quien cierre la carrera (que siempre tiene que ser uno).

NATACION: En teoría 2.900m que unen Getaria con Zarautz. Lotería en cuanto a estado de la mar y climatología. Lotería que será decisiva, como también lo será el no cometer errores de orientación, así como evitar incidentes en forma de golpes.
La distancia pienso que es menor que esa, por lo que he leído y también ayudará algo que la marea estará baja y se correrán más metros por la playa. En cualquier caso, si me voy a los 2.900m y veo el corte de una hora, estaría con margen suficiente. Mi ritmo debería estar en 1:50 el 100 (de ahí para abajo) y eso son 53min. El año pasado, solo 15 participantes no pasaron este corte.
Cómo disfrutarlo: Zarautz es un sitio especial para mí, allí tengo grandes amigos y en especial Jose Zulaika. Testigo de mis dos tris en Ondarroa, compañero en una profunda crisis corriendo la Behobia, pionero en "Machotes"....tantas y tantas cosas que hacen que este tri se lo dedique a él sin dudarlo.
Desde que meta la primera brazada, pensaré en él y en lo que ha pasado este último año, ¿cómo no luchar cuando conoces a un ejemplo de luchador?.
El recorrido es bonito y desafiante, me gusta nadar en mar abierto y pienso que con esa idea en la cabeza puedo disfrutar mucho de este sector. No me olvidaré de Toni y su "presión por dar lo mejor". En cada respiración trataré de pensar que quiero que se sienta orgulloso y eso me hará nadar con más ánimo....SEGURO!!.

SECTOR DE BICI. Aquí viene el coco. 81 Kms de bici dura con un tiempo de corte total de 4:30 (sumando el agua) y de 3:15 (también sumando el agua) en el kilómetro 56. Contando transiciones y suponiendo una natación justita, exige una media de 25Km/h en las dos primeras vueltas y una media final de más de 23Km/h. Las dos primeras vueltas arrancan con un puertín de 4Km con desniveles suaves (tipo La Gargantada) pero que yo no subo a más de 16 o 17Km/h y luego por un terreno con toboganes y algún repecho duro. La parte que conozco (Zumaia-Zarautz por Getaria), me parece bastante rápida y espero pasar este corte con margen suficiente para afrontar la última vuelta con garantías. En esa última vuelta (para la que piden unos 20Km/h de media), subiermos el puerto de Orio (suave y corto), el mítico muro de Aia (un San Martin de Huerces a la vasca con rampas del 20%) y el alto de Txurruca (otro muro al 18%) antes de llegar a Zarautz. En resumen, o tengo un muy buen día de bici...o este corte me puede dejar fuera antes de tiempo.
Cómo disfrutarlo: Está claro que el disfrute aquí estará en si, como espero, completo los 28Km de la primera vuelta en una hora o menos. Hasta ese momento, creo que me será difícil disfrutar. Subiré el puerto viendo como me pasa gente como obuses. Soy consciente de que donde yo suba a 16, la "gente" me pasará a más de 30, y eso no me importará...pero el no pasar el corte sí. Llegaré a Zarautz tras una zona de las mías, favorable y acoplado seguro que ahí me arrimo a los 40Km/h y esos tramos tienen que subir mi media hasta esos soñados 28Km/h. Si eso ocurre....¡¡¡a disfrutar!!!. Paisajes bonitos y conocidos, mar y montaña, y un pueblo entero volcado en la carrera. Todas las crónicas marcan como especial el paso por Zarautz con gente abarrotando las aceras y animando en un pasillo de gloria, tanto para el primero como para el último.
Si cumplimos objetivo y arrancamos la última vuelta con un máximo de 3h, tendremos 1:30 para 25Km y eso es una media de menos de 17Km/h. Cierto que lo que viene es brutal, pero con ese margen y mi resistencia trotona (de la que no dudo), estoy seguro de que disfrutaré de cada metro que a 5 o 6 por hora le arranque al mito de Aia. Aquí también hablan de mucha gente animando, de pasión, de superación...estoy seguro de que en cada chepazo sonreiré. Por último, bajada a Zarautz y ahí si que ya podré ser el de siempre, pasados los cortes no habrá presión, solo disfrutar de este deporte.


CARRERA A PIE. Aquí se trata de hacer 20Km en tres vueltas, completamente llanas. El paso por el pueblo, lo describen como un auténtico lujo en el que todo el mundo te anima y te sientes un pro.
Como disfrutarlo: No creo que me resulte difícil aquí, aunque se que he entrenado para mantener buenos ritmos, me limitaré a llevar uno que sepa que me va a permitir llegar bien y disfrutando. Si ese ritmo ronda los 5min/Km pues genial, si se va por encima de los 5:30 pues también. La previsión final rondará las 6 horas y todo lo que baje de ahí pues tiempo que ganaré para ducharme antes y disfrutar de la merecida fiesta.

En resumen, un triatlón de lujo, son el apoyo cercano de grandes amigos y el más lejano de muchos más, con un componente emotivo muy grande, con una segura fiesta posterior que hará historia y un pasito más en la historia que escribimos cada día.

Muchos, muchísimos motivos para disfrutar de este triatlón y de los que vengan después. Vamos!!!


Tremendo espectáculo el pasar por ahí...¿no?