jueves, 26 de marzo de 2015

ALGO DIFERENTE

Las piernas no van y por más que lo intento el reloj no refleja mi sufrimiento en una mejora del ritmo.

Ayer fue un calvario y hoy la historia se repite, el dolor es importante aunque no definitivo, la torpeza de cada uno de mis pasos si quiere serlo.

¿Hasta donde quiero llegar?, tengo tan claro hasta donde, que creo que he olvidado que hay más de un camino para hacerlo.

Me empecino en creer que solo hay uno, el de la negación del sufrimiento, o tal vez más que la negación, la total aceptación. 

Hay que vencer al sufrimiento con lo que se tenga, nunca izaré la bandera blanca, porque si en algún momento mi cabeza ordena izarla, no habrá ni un solo ápice de fuerza en mis músculos para hacerlo.

Apenas noto satisfacción cuando apoyado en mis rodillas, cierro los ojos y trato de recuperar sensaciones en unas piernas que hace muchos minutos que han dejado de obedecerme.

La última serie ha sido como correr sin músculos, como si solamente un esqueleto rígido fuese lo que impactase con el asfalto, transmitiendo cada vibración al resto del cuerpo que no sabe como absorberlas.

Seguramente el cuerpo está pidiendo un descanso que intentaré darle, le digo eso mientras cierro los ojos y pienso que ahora toca volver a casa, que esto no ha acabado que aún a un ritmo suave tengo que seguir moviéndome.

Mi cuerpo no me cree lo del descanso y no me obedece. Ayer ya se quejó gritando cuando se negaba a doblarse ni siquiera para descansar echado en la esterilla.

La cabeza piensa que lo hemos vuelto a hacer, que hemos usado un recurso mínimo para obtener lo que queríamos y que hemos ganado otra batalla.

El cuerpo renquea, se rinde ante un rival hoy por hoy más fuerte, pero su lentitud al obedecer, sus intermitentes paradas y sobre todo su extrema rigidez, le manifiestan a la cabeza que no se confíe, que tal vez ha ganado una batalla, pero la guerra es larga.

Es posible que tengan que sentarse a negociar, esto no funcionará si no hay acuerdo. Por fuerza la cabeza ganará, como ha ganado, muchas de las batallas, tal vez la guerra pero ¿y después?.

Cuando no haya batallas que librar, cuando las guerras sean recuerdos, la cabeza necesitará del cuerpo para juntos disfrutar de un más que merecido descanso. Hasta entonces, buscarán un acuerdo en el que ella le deje a él disfrutar de sus momentos de relax y él, duro y fuerte, la lleve a ella donde le ordene.


Sufriendo?? Disfrutando?? Llegaremos a un acuerdo!

miércoles, 18 de marzo de 2015

EXCEPCIONES QUE DAN VIDA

Siguen pasando días, semanas, meses y el camino en el que estamos metidos nos sigue poniendo pruebas y sorprendiendo con novedades que no hacen más que poner pequeñas guindas en el pastel que debe ser cada día que empieza.
Dentro de lo que puede llegar a ser la monótona preparación de un reto como AlpedHuez (estamos terminando el sexto mes de preparación y aún nos quedan otros cuatro), está claro que se pueden hacer cosas más que divertidas y que supongan pequeñas metas intermedias que nos motiven y nos animen a seguir.
La parte mental de un reto de este tipo es básica, y uno no puede permitirse el lujo de darse cuenta que se encuentra metido en una rueda de pequeño diámetro en la que solo le queda dar vueltas hasta alcanzar el número de giros que de mano se ha propuesto.
Por este motivo, es más que interesante que dentro de la lógica disciplina de un plan bien diseñado y que exige altas dosis de rutina, podamos meter excepciones que sin ser lo que un programa informático determinaría como “lo mejor”, sin duda uno como persona con sus altibajos, las valora y utiliza como apoyos para seguir avanzando.
Subiendo la Collada de Arnicio con este equipazo.
Dentro de estas excepciones que en las últimas semanas me han ayudado a seguir más que animado, tendríamos el megaentreno que me marqué el sábado 7 de Marzo. Aprovechando el reto solidario que Héctor hacía en Lada (tan solo 101Km en una pista de atletismo de 200m de cuerda), me propuse animar a mis amigos y conocidos a colaborar con esa causa poniendo sobre la mesa un reto que me exigiera mucho físicamente. 
Planteé hacer unos 85km de bici de Lieres a Lada, correr junto a Héctor 10Km y luego volver en bici a casa hasta completar 150Km totales.
La verdad es que aunque conseguimos mover algo más de 200€ para sumar a la causa, me di cuenta de que no es fácil lograr que la gente aporte a causas solidarias y por tanto me di cuenta del inmenso valor que tiene lo que Héctor hace. Reconozco que yo me conformaba con un euro de cada una de las personas a las que se que alcancé con la idea (UN EURO!!), pero así y todo nos quedamos muy lejos de esto y solo unos pocos se animaron a seguir el tirón que dimos. En fin, muy agradecido a estos pocos, y sin perder la ilusión por seguir intentando “hacer”.
En lo que a lo físico se refiere, el día fue un palizón de casi 9 horas de esfuerzo. Acompañado en todo momento por Emilio y Beni (y por Bau hasta Lada en la primera parte) la jornada se convirtió en una combinación perfecta de esfuerzo, disfrute, emoción, sufrimiento y diversión que sin duda definen las excepciones que dan título a esta entrada.
Tras esto llegó una semana ceñida al manual con su sesión de piscina (increíble la mejoría objetiva que tengo este año en el agua clorada, que habrá que tratar de trasladar al mar en los tris), su doble sesión el martes con carrera con desnivel al mediodía y rodillo de tarde, su descanso el miércoles, su nueva doble sesión el jueves en este caso de carrera de calidad al mediodía y rodaje de tarde (rematada con un genial “Jueves de Birritas” con Susana y Nico) y por último el viernes en el que me salté el entreno de piscina para llegar descansado a la prueba de esfuerzo.
Como cada año, pongo mi maquinaria a examen, no tanto por conocer límites y valores óptimos de entreno, sino por estar seguro de que aún tengo pila para aguantar los calentones que me meto.
Homenaje tras la prueba de esfuerzo.
Los resultados, muy buenos. Aunque mi genética no sea la de un deportista de nivel, está claro que el trabajo de los últimos años da sus frutos y todos los valores claves mejoran año a año. Este es el tercer año que hago la misma prueba y valores como % de grasa, capacidades aeróbicas y anaeróbicas, VO2max y umbral y sobre todo la capacidad para recuperar, van en una clara y positiva evolución año a año.
Tras la prueba que como cada año hago junto a Beni, y ya como un clásico, nos fuimos a cenar y, de nuevo como un clásico, fue una de las veladas más divertidas que recuerdo. Yo creo que no dejamos mesa a nuestro alrededor sin “crucificar”, pero gracias a Justin y globos, Güelito y retocá, Gloria Fuertes y ambigua acompañante (no pidáis más detalles por favor!!) nos reímos como pocas veces y disfrutamos del merecido premio tras el duro esfuerzo.
El sábado tempranito una tirada de 1:40 pensando en la maratón de Coruña, que completo con buenas sensaciones y luego a disfrutar de la familia.
Por último, y como colofón de esas benditas excepciones, el Domingo me fui con Kona a participar en mi primer canicross oficial. En Pajares y sobre nieve.
Ya escribí “crónica oficial” (Leer Crónica así que no me extenderé mucho aquí. Simplemente decir que dentro de una preparación de largas distancias no encaja mucho una carrera de sprint de poco más de 3Km, pero que la satisfacción de acabarla dándolo todo, de la sensación de equipo con Kona y del ambiente de deporte “aún sano” que se respira aquí, hicieron de ésta, una experiencia que me gustaría repetir. 
A tope en la entrada a meta junto a Kona.
Además creo que el hecho de que el circuito fuese realmente duro con continuas subidas y bajadas, nieve en la que no es fácil correr y ¿por qué no decirlo? mi buen fondo, me permitieron debutar con un tiempo digno y además colocarme segundo de seis participantes en la categoría de veteranos. Siempre defiendo a los que logran podiums en sus categorías (aunque corran solos) porque pienso que muchas veces hay que echarle valor para probar ciertas cosas y, si alguien demuestra esa decisión cuando el resto no se atreve, merece un premio solo por el hecho de intentarlo. En mi caso y con 42 años, no fue fácil meterme en esto (ya no solo la prueba en si, sino conseguir el material, poner al día vacunas, seguro….) y no puedo negar mi enorme satisfacción por ese “puesto de honor”. Lo malo fue que tenía la comida del día del padre en Las Segadas y no pude disfrutar de la sensación de recibir el premio. En fin, a todo no se llega!!.
Cierro ya esta entrada, que se me ha ido un poco larga, con la reflexión sobre lo que implica el título y lo que en definitiva trato de transmitir siempre en este blog. Mientras hagamos cosas que nos hagan felices, que las disfrutemos, que nos hagan sentirnos mejores, poco importa que sean excepciones o parte de nuestro guión, sin duda esas cosas…nos darán VIDA.