miércoles, 25 de noviembre de 2015

ILUSION A CUATRO BANDAS


Aunque ha pasado bastante tiempo desde la última entrada, no ha sido por falta de temas a tratar ni de sensaciones que transmitir. La triste, o no triste, realidad es que como muchos a veces me hacéis ver...¡¡no he tenido tiempo!!. 
Han pasado cosas como la experiencia en la Behobia-San Sebastián, como antes el 10.000 de Luanco, algunos entrenos buenos, otros no tanto, pero todo eso ya es pasado y dado que no encontré tiempo para contarlo en caliente, ahí lo voy a dejar, en el pasado.
El motivo de esta entrada es transmitiros cómo he sido capaz en los últimos días de recuperar toda la ilusión del mundo en el reto que ocupará muchas líneas de este blog que, como ya sabéis, no es otro que el ironman de Vitoria 2016.
La ilusión, creo que al igual que la felicidad, es un concepto del que todos hablamos sin pararnos mucho a pensar cual es su significado, y en que medida está en nuestra mano el conseguirla. Si la busco en el diccionario lo que me aparece en el ámbito en el que estamos es "esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo", desde luego a mí me ha sorprendido la definición en sí, ya que no habla de motivación, de estado de ánimo, de "empujón".
Está claro que tengo esperanza puesta en ese ironman, está claro que su cumplimiento me resulta muy atractivo y por tanto está claro que en sí ya es mi ilusión.
De todos modos, como en cada pretemporada, cuesta ponerse en modo ON y cuesta encontrar la motivación necesaria, diría más, la imprescindible para conseguir la ilusión necesaria para ir cumpliendo día a día con lo establecido.
He hecho un ejercicio de analizar casi todo lo que implica el reto y he ido buscando la motivación y la ilusión en cada uno de los componentes del triatlón, despiezando cada sector para hacer en cada caso algo "nuevo" que me generara esa ilusión.

ILUSION PARA NADAR.
Esta claro que el grupo de entreno con Toni me ilusionó el año pasado, por la novedad y por la mejora. Me hizo creerme nadador y, a pesar del pequeño fiasco de mi natación en el Skoda de Gijón, pensar a la vista de los resultados del año que podía "salir de malo" en ese sector. Con ese trabajo cumplido, parecía que este año iba a ser una repetición sin mucho margen de mejora y eso no me gustaba, así que busqué algo que me ilusionara y por ese motivo e iniciado una rutina de dos días en el gimnasio de la piscina en los que trabajo la fuerza resistencia en seco y que, de momento, parece que tienen una muy buena transmisión al agua. Las distintas tomas de tiempo que hemos hecho, muestran una mejoría muy grande respecto al año anterior y, aunque los tiempos en piscina no los considero muy representativos, estoy convencido de que aún tengo recorrido y me ilusiona seguir avanzando en este sector. En As Pontes salí del agua en 1:18, si Vitoria está bien medido, no renuncio a ganar esos 8 minutos. ILUSION.

ILUSION PARA LA BICI.
Aquí si que era difícil ilusionarme ya que el fantasma de la hernia que desapareció al hacerme escalador, volvió en el momento en que coloqué el acople y volvió a limitar el disfrute en esa posición a no más de media hora. Aún no muy convencido, me he puesto en manos de un biomecánico con buena fama, y en la primera sesión ya hemos llegado a conclusiones importantes que aportan datos para hacer modificaciones en la bici y en mi pedaleo que tal vez, y lo digo con toda la ilusión del mundo, consigan que pueda hacer sin muchos dolores esos 180Km y, lo que sería aún más importante, hacer una gran parte echado sobre el acople. En As Pontes me sorprendí a mí mismo parando el crono en 6:25 a pesar de pararme por el dolor cada 30Km. Si consigo parar cada 60 y progresar como espero, tampoco quiero renunciar a poner el crono muy muy cerca de las 6 horas.

ILUSION PARA CORRER.
En este sector si que he tenido crisis de pretemporada. Lo bueno de tener un entrenador con el que empiezo ya la cuarta temporada es que hay confianza suficiente para plantear dudas, y para ser sincero en todos los aspectos. Aunque ya en As Pontes fijamos el objetivo de la maratón en 4h, el circuito lo hizo ya imposible y luego mi prudencia lo llevo hasta 4:50. En Coruña hice 4:09 a pesar de las circunstancias. Este año me la quiero jugar y quiero intentar ver "hasta donde puedo llegar". Opino que para hacer la maratón de Vitoria en 4h, después de 8h de esfuerzo, tendría que poder hacer una aislada por debajo de 3:45, y ese reto nos hemos puesto. Voy a trabajar para eso. Después, lo ideal para mí sería tener la capacidad (que me daría ese entreno) de correr "cómodo" con Leti y Bau para su objetivo de bajar de las 4h. Aquí no quedan dudas 4h en la maratón de Vitoria!.
Con la calculadora en la mano, la cosa mete miedo porque aún sumando 10 minutos de transiciones estamos hablando de 1:10+ 0:05+ 6:00+ 0:05+ 4:00...uy uy uy uy 11:20....¡¡salvajada total!!. A día de hoy el sueño está en bajar de las 12h.

ILUSION PARA "AFINAR"
Por si toda esa ilusión fuese poca, Rubén mi "gurú" de la nutrición me ha animado a comprar una basculita de estas infernales que te mide hasta cuanta cerveza has bebido el último día. Ella será la herramienta para meternos de nuevo en peso de la manera más sana y con la mayor fuerza posible.
El otro día leí que Chris Mccormack tenía prácticamente la misma fluctuación de peso que yo...de unos 74,5Kg en el punto crítico del año, a unos 84Kg al inicio de las pretemporadas, y ¿qué queréis que os diga? eso también me animó. Tengo controlado que cada año se repite el ciclo, y también que hasta finales de Enero no suelo empezar a bajar, pero como casi todo, al principio cuesta no ver resultados. Este año, gracias al apoyo y consejos de Rubén, ya voy un poco por debajo del pasado y eso me anima a seguir en la línea.

Resumiendo, que me sobra ILUSION para seguir disfrutando de este desafío que espero seguir compartiendo con vosotros y sin duda celebrar su consecución allá por Julio..... 

jueves, 5 de noviembre de 2015

MALDITOS Y CONOCIDOS CICLOS

Llevo demasiados días retrasando esta entrada, demasiados días sabiendo que aunque espere, el tono de bajón va a predominar en ella, sabiendo que seguramente la frase final va a ser de ánimo y de impulso, sabiendo que no me gusta poner el punto y final en un estado de flojera anímica.

Lo bueno del caso es que ya hemos pasado por ello, casi como un ciclo perfecto este mes (y por desgracia el que viene) se convierte en el mes del “no puedo” del “¿merece la pena?” del “hasta aquí hemos llegado”. Cierto es que cada ciclo tiene su matiz, en algunos el bajón lo trae el mal estado físico y las malas sensaciones entrenando, en otros el desencadenante es la excesiva presión de los Excel, los tiempos, los ritmos, las comidas….

Este año es un poco de todo y un poco de nada. Es el dolor de la hernia con unos días realmente bestiales, es la muerte de seres queridos o cercanos que nos hace plantearnos el sentido de todo lo que hacemos, es el duro año de trabajo con unos resultados que no llegan a lo esperado…es todo…y es nada.

Es todo porque es innegable que todo eso nos afecta, nos hace estar tristes, desganados, nos hace vernos en perspectiva y ser conscientes de que no estamos como nos gustaría estar y eso no es nada agradable.
Es nada porque si lo pensamos con frialdad, nada de todo eso es lo suficientemente importante mientras sigamos vivos, mientras cada mañana nos ofrezca la posibilidad de vivir un nuevo día. No es nada mientras estemos rodeados de un montón de gente que nos quiere y tengamos la salud (al menos un mínimo de ella) para disfrutar de su compañía.

Así que es momento de ver el momento del ciclo en el que estamos, comprobar que el año pasado (incluso el anterior) estaba incluso un poco por encima del peso actual, leer que ya entonces había dolor y pésimas sensaciones, que las dudas predominaban sobre el convencimiento y, sobre todo, leer los capítulos finales en los que la euforia explota, en los que el orgullo de lo conseguido te hace sentir el más grande, en donde todo te recuerda porque haces lo que haces.

Hoy ha tocado correr una hora de noche, con un dolor que si bien el tratamiento del fisio ha aliviado algo ahí está y con un incipiente catarro que me mantuvo todo el día congestionado. Así y todo, esa hora ha caído, ha caído a un ritmo realmente digno aunque con una sensación de dureza que siendo objetivo, en principio me hace dudar de que pueda estar al nivel que Leti espera de mí el Domingo en la Behobia.

Pero ¿quién puede ser objetivo en la vida que llevo?, ¿quién objetivamente hubiese apostado porque pudiera tatuarme “ironman” en mi gemelo?, ¿quién objetivamente se hubiese jugado lo más mínimo a que sería capaz de finalizar como lo hice el triatlón de AlpedHuez?. 


Una vez más voy a dejar los análisis objetivos a un lado, esos que sin duda me harían pasar por el quirófano, y voy a apelar una vez más a la “inconsciencia de mi felicidad” para tratar de mantenerme disfrutando en la actividad que he elegido. El Domingo, posiblemente con el regusto del txakolí en la boca, saldré junto a Leti a por su objetivo que sin ser el mío, si es EL NUESTRO y eso es una motivación sin duda más que importante.
Esta vez hasta meta! :-)