lunes, 8 de junio de 2015

CLASICA DE LAGOS. TIEMPO DE COSECHA.

Cuando uno en bici, si algo es, es rodador puro y escoge como reto un triatlón con 3000m de desnivel positivo en 115Km en su sector de bici, está claro que aparte de ser un loco irresponsable tiene que, al menos, tener un plan.
Yo disfrutaba rodando y mucho. Era un placer dejarme caer sobre el acople y coordinar mis pesadísimas piernas para que con un continuo vaivén, colocaran con facilidad el cuenta kilómetros entorno a los 40Km/h en zonas llanas o ligeramente favorables.
Disfrutaba justo hasta el momento en la que la, posteriormente diagnosticada, hernia discal me provocara tanto dolor, que tenía que bajarme de la bici (en más de una ocasión llorando de rabia) y darme tiempo para recuperar lo suficiente para seguir aguantando el dolor.
La capacidad de adaptación es la que da la supervivencia, así que si quería sobrevivir como triatleta (¡¡y quería!!) debía buscar algún cambio que me permitiera seguir disfrutando de este deporte.
Así que con pena me desprendo del acople, subo el manillar, retraso el sillín y me recoloco sobre la bici a la vez que busco un triatlón que me suponga un reto motivador, y en el que el llano brille por su ausencia.
A partir de ahí, a entrenar para ello, a tener paciencia, a escuchar a los que saben y a ir superando en el día a día la fuerza más poderosa del universo….LA JODIDA GRAVEDAD!.
Cambio de chip y a disfrutar de otros retos
Con un peso estable de unos 80Kg y unos muslos como el cuello de un toro bravo ese fascinante efecto del planeta tierra llamado gravedad, tira de mi hacia atrás en cada pequeña rampa diciéndome que vuelva al llano, que aproveche toda esa masa para que trabaje otra de las fuerzas que se estudian en Física, la inercia.
Pero nada, yo necio, que para eso me he apuntado a AlpedHuez, para subir hasta el cielo y más allá. Como decía al principio tenía un plan….un gran plan….un sencillo plan….”Mejorar subiendo en bici”.
Con un par, planazo!!!.
De mano, las primeras salidas después de un duro invierno gastando cubierta en el rodillo, me traen la primera de las alegrías y no es otra que el saber que los ajustes de la bici, unidas a las largas horas de gimnasio, han funcionado y aunque la hernia siempre te recuerda que está ahí, parece que podré estar sobre la bicicleta de seguido más de la hora a la que estaba condenado el pasado año. Poco a poco, voy aumentando tiempo sobre la bici y sobre todo desnivel. Aunque en cuanto llega el llano me apetece tumbarme y empezar a quemar biela, soy firme y mantengo una postura “globera” a sabiendas de que es el precio de la maravillosa sensación de que el dolor se quede en ligera molestia.
Con los meses, consigo ir subiendo puertos como La Fumarea, La Cruz, San Lorenzo o Coto Bello y sintiendo como paso a paso los porcentajes en los que mi pedaleo perdía ritmo y mi pulso se disparaba, cada vez son más altos y puntito a puntito suben como la bolsa en días de optimismo.
Ya en Junio y “oliendo Francia” me llega el reto de la Clásica Lagos de Covadonga. 
El concepto de por qué me apunté era claro, sino soy capaz de llegar en esa fecha a hacer eso con dignidad, no tengo muchas opciones de hacer un buen papel en AlpedHuez, ¿sin presión casi eh?.
Si que es mucha presión plantearte algo en esos términos. Máxime cuando en el momento de planteártelo, la respuesta a la pregunta ¿puedes hacerlo? se va en un altísimo porcentaje de opciones al NO rotundo. Es mucha presión, pero es un realismo absoluto. Hablamos de una marcha de 110Km con algo más de 2000m de desnivel positivo y, aunque los desniveles máximos de lagos superan a los de AlpedHUez, un final tras esos 110Km sin el regalo francés de tener que correr 22Km con las piernas temblando tras el esfuerzo, o lo hacíamos con dignidad, o estábamos realmente fastidiados.
Con la mejor de las compañías (el camino a AlpedHuez no sería lo mismo sin compartirlo con Sergio), arrancamos pasadas las 9 de Cangas de Onis. Los nervios que hacía tiempo no sentía, han vuelto y llevo el estómago bastante tocado.
Van pasando los kilómetros con cierta tensión por rodar siempre en grupo sin conocer a los de al lado y hablamos poco. Según se avanza, los grupos se estiran y reducen con lo que es más fácil el charlar un poco y el rodar cómodo nos hace disfrutar bastante. El único objetivo es no ir delante de la ambulancia y ese de momento va cubierto.
Sobre el kilómetro 50 empieza el primer puerto El Alto de La Tornería, un puerto corto con unos duros kilómetros finales que superan el 10%. En las primeras rampas y sin previo aviso, Sergio sale como un tiro y me doy cuenta de que su ritmo es una utopía para mí. Pienso que subiendo como voy (que voy bien) lo mantendré a una distancia razonable pero, madre mía! cómo sube!. En apenas 100m me ha sacado 200 y lo veo pasar gente como un poseso….¡¡eso es un escalador!!. Yo a lo mío, sin querer meter el 30 voy subiendo y con bastante esfuerzo (más del esperado) corono y me reúno con Sergio que lleva rato esperando.
Disfrutando subiendo La Robellada
La bajada en grupo y sin forzar. Reconozco que me hubiese gustado apretar un poco (más que nada porque visto lo visto, en AlpedHuez hablamos de muchos minutos de diferencia si se aprovechan un poco las bajadas, y eso intentaré hacer), pero entre la niebla, el asfalto mojado y que mucha gente baja totalmente “cuadrada”, no era cuestión de arriesgar, así que bajamos juntos y así seguiríamos, pasando por la siguiente tachuela y avituallamiento y con la vista puesta en Covadonga.
Hasta allí llegaríamos en un grupo en el que si fue tal vez el único momento de velocidad de toda la prueba. Nos fuimos relevando en llano hasta coger a otro grupo que iba por delante y si nos pusimos un poco a prueba con muy buenas sensaciones.
Por fin Covadonga. Breve parada en el avituallamiento y nos emplazamos a vernos arriba. Visto lo visto en La Tornería, pienso que Sergio me sacará un montón de minutos así que quedamos en que se abrigará y me esperará arriba para bajar juntos.
Comienzo la subida tranquilo y enseguida me doy cuenta de que hoy es mi día!. Con el pulso controlado y una sensación fenomenal en las piernas, mantengo un ritmo muy alegre y vivo que me hace ser cada vez más optimista y que consigue que disfrute como un enano. Hago toda la subida “siendo yo”, bromeo con los que nos animan, con los compañeros e incluso me permito “levantar a la grada” en la curva final de la temible Huesera. No hay nadie de los que nos animen que no nos diga aquello de “ya queda poco”, la verdad es que la visibilidad no va más allá de 10 metros con los que ni idea de lo que queda, pero cada vez que la pendiente suaviza yo aprieto un poco y me siento fenomenal.
Entro en la zona de vallas y aunque se pone hacia arriba, mantengo el plato grande y tiro como un animalito, me echo encima de un grupo de cuatro que van muy despacio y tengo que frenar, cambio el plato y la cadena se sale hacia dentro ¡no fastidies…¿ahora?!!. Por suerte la vuelvo a poner con el desviador y ya despacio cruzo la línea.
Apenas hay tiempo para celebración ya que enseguida giramos y hacia abajo. Busco la zona de guardarropa intentando ver a Sergio, al que imagino ya cambiado y aburrido de esperar. Lo veo y nada mas saludarnos me dice “si acabo de llegar”!. Eso solo confirma las sensaciones tan fabulosas con las que he subido. Nos abrazamos y con el subidón en el cuerpo nos abrigamos y tiramos para abajo (que aún habría que hacer 23Km más hasta el coche).
En resumen, un test aprobado con notaza y que me da alas de cara a lo que se me viene encima. Al margen de puestos y tiempos, las sensaciones de fuerza que tuve, me hacen ser tremendamente optimista y confirmar la confianza en como estamos preparando este reto.

El próximo fin de semana debutaré en triatlón este año, nada menos que con un media distancia en Madrid. Aún no tengo muy claro si mantenerme conservador, como siempre hago, o “desmelenarme” con un a ver que pasa? , no conozco los circuitos aunque parecen durillos (sobre todo el de bici), pero dado el tiempo que falta para AlpedHuez, pienso que puedo asumir el riesgo de una petada y que habrá que intentar salir de la zona de confort a ver que pasa. Lo que seguro que si pasa es que de nuevo disfrutaré de la compañía de Sergio en otro pasito más en el camino a nuestro sueño. 

Imagen que esperemos se repita muchas veces!!!!

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