miércoles, 27 de abril de 2016

LO QUE ME HARIA MAS FELIZ

Con esa sencilla frase en la cabeza, es con la que he tomado la decisión de cual será mi objetivo en la ya próxima Maratón de Vitoria.
Parece algo evidente y que no tendría que presentar mayor dificultad pero, ¿sabemos exactamente que es lo que nos hace, o nos haría, más felices?.
 
En el terreno deportivo, y más concretamente en esta maratón, mis pensamientos sobre lo que me haría disfrutar más han ido balanceándose de una idea a otra de manera continua. De mano el miedo a no poder hacerla con dignidad (ya sabéis, esas fases de entreno en las que no vas ni cuesta abajo), después momentos en los que sueñas con tiempos inverosímiles (esos otros días en los que cumples con entrenos más que exigentes) y por último, los emotivos pensamientos que te llevan a compartir el desafío con la persona que complementa tu vida.
 
Incluso con este último pensamiento la cosa se complica, puesto que después de la experiencia del pasado año, el ego reclama su posición y las hormonas adoptan la formación de combate para tratar de imponer la supuesta superioridad deportiva que las horas de entrenamiento, la continuidad y la forma física debería evidenciar.

No voy a negar que la idea de hacer una buena marca y "reivindicarme" no me atrae, pero al final tras hacer los últimos tres entrenos largos junto a Leti (ojo! algo más de 75Km que ya son...) me he dado cuenta de que si tuviese que firmar ahora mismo entre una utópica marca personal de 3:30 (para la que creo que no estoy preparado) y hacer 3:55 junto a Leti saboreando lo que sin duda para ella será una inmensa alegría...no dudaría.

No dudaría en escoger lo que me haría más feliz, no dudaría en optar por la elección que sin duda pondrá lágrimas de emoción en mis ojos en la meta, no dudaría en elegir la satisfacción que va más allá del deporte en si. Al final, en mi caso, el deporte siempre es un medio y nunca un fin.

Teniendo claro eso, asumo que el reto sigue estando ahi. Quien piense que correr 42Km (al ritmo que sea) es fácil o seguro, que levante la mano. Al menos para mí es un reto, cierto que para el que me he preparado a fondo, difícil y complicado.

Hoy mismo, tras el entreno de piscina he comido un par de pinchos con un amigo. La "perfección" en la preparación diría que lo mejor hubiese sido comer un plato de pasta o arroz, como tantos otros días, en la soledad del comedor del trabajo. Sin duda, tras una charla relajada, un apoyo mutuo con alguien con quien comparto muchas ideas sobre "esto de vivir", la perfección se ve desde otro punto de vista y esos pinchos sin duda se convirtieron en la mejor elección.

No me canso de repetir que hago esto como un medio de ser feliz. Alguien podría dudar de esto si me ve ayer acabar, totalmente derrengado, la dura sesión de rodillo nocturna que tocó. En esos cinco o diez minutos en los que medio mareado, tuve que tumbarme para recuperar, tal vez no ofreciera la ideal imagen de la felicidad, pero no lo puedo negar...era feliz!.

Zarautz es un RETO con mayúsculas para mí, y la duda sobre si pasaré el corte en la bici, lo convierte casi en una pesadilla, pero me hace mirar más allá. Me hace ver que incluso llegando de los últimos, algo previsible viendo tiempos de otros años, el mero hecho de superar ese tiempo de corte, hoy lejano, seguro que me hace ser feliz, porque habré superado a base de esfuerzo y coraje, algo realmente complicado. Tengo claro que el hecho de hacer mi mejor marca en una MM, o lograr bajar de 45min en un 10.000 me satisfacen, pero no me hacen feliz.

De momento, lo que más feliz me haría, es seguir compartiendo con Leti el camino a la maratón de Vitoria con el único objetivo de compartir, no solo el camino, sino el destino.

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