domingo, 1 de mayo de 2016

TODO SUMA

Con esa idea de que todo suma, y de que sigo sumando para lograr DISFRUTAR de mis objetivos deportivos de este año, me pongo a escribir esta entrada que podría ser la crónica de un test fallido, pero que pienso que debe ser el recuerdo de otro día muy especial en este ya largo camino del que estamos disfrutando.

Para el día de ayer, mi intención era la de hacer un "test de confianza" de cara a Zarautz. Saliendo de Lieres, debía realizar una dura etapa que me llevaría por La Campa a Villaviciosa, de ahí subir por el Pedroso hasta la Cruz de Peón, bajar a Peón para subir Curbiellu, de ahí a Gijón para continuar vía Caldones a La Camocha y subir las rampas imposibles de San Martín de Huerces para finalmente bajar por La Madera a Gijón y ahí tratar de hacer la MM de Gijón a un ritmo de 5 min/km. Esto sería algo similar a lo que encontraré después de nadar en Zarautz y la verdad es que estuve toda la semana muy ilusionado con este reto.

El viernes de tarde, un molesto picor en la garganta seguido de un destemple general, me hizo temer lo peor y, muy a mi pesar, a lo largo de una agitada noche, pude confirmar que algún virus poco amable había decidido hacerme una visita.

Con todo, mis ganas de cumplir lo previsto unidas a que Jose se había apuntado al plan, hicieron que fuera a buscarlo a Gijón (donde él dejaba el coche) para empezar sobre la una el plan inicial.

Por si mi dolor de garganta fuera poco, la lluvia nos hizo una visita en los primeros kilómetros aunque luego nos respetaría. Subida a La Campa sin buenas sensaciones pero al menos "normal". La rápida bajada a la Villa la hacemos bien y confío en que al ir calentando las sensaciones mejoren.

En la subida del Pedroso, ya veo que no hay manera y que por más que quiera, no encuentro la forma de meterles presión a mis piernas. Como luego lo describiría, sentía como si mis huesos fueran alambres sobre los que no podía basar ninguna transmisión de potencia. Se me empieza a hacer duro y, a pesar de la impagable compañía de Morillo, mi moral decae paso a paso y entro en una crisis de la que solo resucito ligeramente en los últimos y duros kilómetros hasta coronar la cruz de Peón.

En la bajada me pongo delante y trato de recuperar algo, pero en las primeras (y suaves) rampas de Curbiellu, el desmorone es total. No avanzo y el dolor de piernas, muy extraño "de dentro afuera", se incrementa. Ahí ya decidimos que no completaremos lo previsto y que nos iremos directamente para Gijón. Llego a Curbiellu totalmente vacío y sin un gramo de fuerza. Paramos y aprovecho para comer bastante y tras una larga pausa, parece que algo recupero y seguimos.

Ya en Gijón, y con tiempo de sobra, decidimos hacer algún kilómetro más y subimos hasta Las Peñas, y en las duras rampas finales, sin bien no voy genial, si veo que algo he recuperado.

Tras esto, bajamos a Gijón y cerramos la bici en 55Km, algo más de 2,5h y un desnivel positivo de 860m, lo que no está nada mal. A pesar de todo, me siento un poco mareado y muy muy cansado con lo que, mientras esperamos por Leti, le digo a Jose que lo mejor será que no corra la media y que me centre en recuperar del trancazo que llevo.

Llega Leti, mi hermano, y empiezo a ver mucha gente conocida. Sin decidir aún si corro o no, voy cambiándome como un autómata y de repente me veo "vestío pa corré". Pienso que quiero probarme en cansancio, y mi idea es la de ir con Leti (cuyo plan le marca correr "lenta" sobre 5:30) y tratar de aguantar, sumar kms y, sobre todo, tirar de cabeza para superarme una vez más.

En la salida nos vemos con Toni y Auri. El objetivo de Auri es bajar de las dos horas y, con ese objetivo común, hacemos un cuarteto y arrancamos a correr.

De la media poco que contar, lección de superación y lucha de Auri (nunca me cansaré de decir que esas cosas, sean en los tiempos que sean, son las que me hacen adorar el deporte) y momentos de amistad y compañerismo de los que suman.

A nivel personal, mucho dolor de piernas final (del que hoy estoy perfectamente recuperado) que me sirve para conocerlo pensando en el iron y posiblemente la media (junto con alguna de León) en la que más me he divertido.

Realmente, el hecho de darle un sentido a la carrera, más allá que el de llevar un ritmo o marcar un tiempo, me hace disfrutar de una manera que innegablemente me llena. El pensar que pudimos ayudar a una amiga y, más que ayudar compartir un reto, me supone una satisfacción mayor que el de superar mi tiempo. Ya lo dije en mi última entrada y me tengo que repetir.

De todos modos, al menos hasta el ironman de Julio, vamos a tratar de no cambiar el método de entreno y seguir buscando ritmos y tiempos de series...¿a partir de ahí? ya veremos, pero pienso que habrá que buscar un cambio de enfoque que me ayude a seguir motivado en mantener la forma y el poder hacer las cosas que me gustan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario