domingo, 23 de febrero de 2014

CON CERVEZAS Y CACHOPOS

Esta última semana, ha sido de las más durillas laboralmente hablando de los últimos tiempos, madrugón y viaje a Madrid el martes, otro madrugón y viaje a Bilbao el jueves…y auditoria ISO el viernes. Así que entre la falta de sueño, el montón de kilómetros conducidos y la inevitable tensión de una auditoria, llegué a la tarde del viernes más muerto que vivo.
Por supuesto a todo esto hay que sumar el entreno “regenerador” del lunes, unas series de 400 espectaculares el miércoles al mediodía y una piscina en la que el brazo volvió a funcionar de tarde.
Cachopo del Viernes. Compartido sabe mejor.
Con este cuadro, el viernes de tarde tengo la prueba de esfuerzo a la que voy con Beni. La verdad es que iba un poco asustado, ya que el año pasado había sufrido muchísimo para alcanzar la máxima, y literalmente me tuve que poner a tope. Este año se que estoy más en forma, pero así y todo…
Los resultados, muy buenos. Cinco kilos menos, el porcentaje de grasa corporal reducido en varios puntos y mucha mejor sensación de “máximo”. Esperaremos a ver que dicen los resultados definitivos con umbrales y lactatos…pero al menos queda pasada.
Luego vino lo que debería quedar instaurado como un “auténtico entreno psicológico”. Por no perder la tradición del año pasado, Beni y yo tomamos unas cervezas y arreglamos el mundo. Una cena donde no podía faltar ni el buen vino ni el inevitable cachopo (que compartido sabe mejor), puso el broche que mejoraba sustancialmente la semana.
Pero no todo van a ser cervezas y cachopos, así que con unas cuatro horas de sueño el sábado recogía a Nico en La Pola a las 5:30 (si..si…AM!) y nos íbamos a disfrutar de 5 horas de esquí de travesía donde en varias ocasiones me tuve que poner en “modo iron” para superar el dolor de piernas o la falta de aire para poder seguir.

Superando dudas y disfrutando.

Nico es un motivador nato, y ayudado por él y con la confianza de su experiencia, disfruté mucho fuera de mi terreno. Con susto incluido (las laderas heladas no son buenas para caerse esquiando) completamos una mañana de lujo,  rematada por una cervecita en el bar de La Raya…y a comer con la familia.

Lógicamente, el que el despertador sonara a las 7:30 del Domingo no fue precisamente un placer, pero de nuevo hay que tener claro a donde quiero ir….y lo que me va a suponer.
A las 8:25 con un grado bajo cero y acompañado de Emilio, salíamos con la bici con la idea de superar con creces los 100Km y pasar varias horas acoplados.


Hicimos gala de los apodos de holandeses rodadores y podemos decir que Milin Faan Gardereen y Faan Fernaandez completaron un entreno más que efectivo con la mente puesta en As Pontes. Unos 120 Km ida y vuelta hasta Ribadesella, con una media final entorno a los 28 Km/h me dejan con las piernas “temblando”, pero con la sensación día a día de estar en el buen camino.
Los "holandeses" en Ribadesella.
Una nueva cerveza bien acompañado en casita, y a disfrutar de una tarde en familia.

Por tanto, título más que adecuado para esta entrada. Hace tiempo dije que haría el iron “con cervezas y cachopos”, una forma de decir que se lo que implica el iron, pero también el precio que estoy dispuesto a pagar. Este precio incluye renunciar a horas de sueño, incluye soportar frío en las heladas mañanas de Lieres, incluye aguantar dolores y molestias por entrenar cuando el cuerpo viene machacado de horas de silla o coche y también incluye reducir el tiempo de descanso.

Lo que no incluye ese precio es renunciar a la familia, a los amigos, a disfrutar de lo que más me gusta….de ahí que al iron? SI….pero si se hace, será CON CERVEZAS Y CACHOPOS.






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