No
se muy bien que significa esa expresión de “vivir deprisa”, la verdad es que
hay muchas veces en que uno tiene la sensación de que todo pasa muy rápido y de
que tendríamos que pararnos más en cada cosa que hacemos, pero ¿eso no nos
quita tiempo para hacer más cosas?.
Hoy
según he entrado por la puerta del trabajo, lo primero que me han preguntado es
¿qué…agotado de no parar estos cuatro días? y ¿qué te duele hoy?. No se si es
bueno o malo, pero está claro que la imagen que mi entorno tiene de mi es la de
un “hiperactivo”. ¿Viviré demasiado deprisa?.
Pienso
que no pierdo demasiado tiempo y que, aunque no me queda más remedio que
abarcar mucho, no me desconcentro en luchar por apretar lo suficiente en todo
lo que hago y quiero.
Valgan
estos últimos cuatro días de “minivacaciones” para ilustrarlo.
Miércoles.
Salgo de trabajar a las 7, a
casa, un poco de rodillo suave, duchita y, aprovechando que los niños pasan la
noche con sus tíos, nos vamos de “novios” con dos buenos amigos a cenar con la
excusa de la final de la Copa
del Rey. Risas, unas cervezas, concierto, más cervezas y al final a descansar
con la sensación de haber aprovechado a fondo un momento de amistad.
Con la familia y buenos amigos por los montes de Somiedo |
Jueves.
Me levanto temprano para cumplir con el entrenamiento marcado (15 series de
200) y después, aunque no estaba programado, me voy hasta Candás para nadar en
mar junto a mi hermano y seguir enviciándolo un poco más en este mundillo del
tri. Unos 1700m, una cervecita y a casa justo para comer.
De
tarde, coche cargado y a Somiedo a disfrutar de la cabana en compañía de otros
buenos amigos con los que hace tiempo ya que nos emplazamos para que conocieran
ese pequeño trozo de paraíso que tenemos la suerte de disfrutar. Velada de las
que se quedan guardadas y de las que se pueden resumir con un “Dios! Que a
gusto estuvimos!”.
Viernes.
Soy el primero en salir del saco, se prepara el café, se desayuna, se recoge un
poco…y al monte!. Será una ruta que conozco al dedillo, pero que nunca deja de
sorprenderme y el hecho de que alguien “la estrene” unido a hacerla acompañada
de toda mi familia, incluida Kona, hace que pueda decir que me siento FELIZ.
Comemos en el monte, jugamos con los niños, jugamos nosotros, nos reímos,
cantamos, descansamos….vivimos!!. Viernes tarde, de vuelta a casa con eso que
se resume como “con las pilas cargadas”.
En Laviana, bien acompañados |
Domingo.
Tocaba “bici larga” (unos 100km) pero entre que dan mucha lluvia y que Alonso
hace una buena salida (je,je) decido cambiar un poco y disfrutar de la F 1, que ya hacía carreras!. Apenas cruzan
la meta, me cambio y arranco para hacer un entreno de calidad en bici. Cuatro
vueltas a un circuito en el que incluyo la subida a La Campa y tres cambios de ritmo muy
fuerte sobre llano. En resumen casi 60Km con un total de 1200m de desnivel
acumulado y las patucas echando humo.
Comida
con los míos….siesta…relax…paseo con Sara y Kona y de remate, la visita de
otros buenos amigos con los que ponernos al día y compartir un par de
botellinas de sidra.
MI FAMILIA....UN TESORAZO!!! |
En
definitiva, cinco días intensos, llenos, atractivos, disfrutones, variados,
motivantes, estimulantes….¿vividos deprisa?, no lo se…no se si deprisa o
despacio, pero VIVIDOS que, al final, es de lo que se trata. Sigo preparado
para seguir viviendo lo que me toque.
Heyyyy.... que buena crónica !!! De nuevo, muchas gracias por habernos invitado a vuestro pequeño gran paraíso. Da gusto comprobar con una familia como la vuestra, el traspaso del respeto y amor por la naturaleza. Si existieran más padres así, tendríamos más asegurada la montaña y el futuro de esta con las nuevas generaciones.
ResponderEliminar:-)
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