Buenas sensaciones y ligero “gato
en el estómago”. Así podría definir mi estado de los últimos días. Cada entreno
se va orientando más al objetivo, me sorprendo a mi mismo calculando cuantos
kilómetros más pienso que podré hacer cuando corro 22km, o evaluando las
sensaciones que podría tener con la paliza previa ya en el cuerpo. Estimo una y
otra vez lo que debe de ser llevar 10 horas compitiendo y saber que te quedarán
al menos otras tres horas de “dar pasos”.
Se que debo disfrutar entrenando
(¡¡y vaya si lo hago!!), pero no vamos a engañarnos, entreno con un objetivo
que es el de acabar una prueba que está considerada como de las más duras del
panorama deportivo.
El mero hecho de que no me quepan
dudas acerca de si estoy o no preparado para hacerlo ya es un logro en si.
Estoy preparado para afrontar un ironman y lo estaré aún mejor dentro de dos
meses…mamma mía!!!.
Mira que muchas veces he pensado
en que es una “empalmadez” eso de considerar “el triatlón como una forma de
vida”, pero es cierto que hay tantas cosas de este deporte extrapolables al día
a día que cada vez toma más sentido esa frase. Los problemas “serios” del día a
día se afrontan de modo distinto cuando uno tiene el hábito de superarse casi
cada día en una actividad absolutamente voluntaria.
No creo que sea solo el triatlón,
sino cualquier actividad deportiva que te exija una disciplina y para la que
necesites trabajar la motivación de manera continua. No hay nada que nos
obligue a entrenar cada día, no cobraremos más, posiblemente nadie nos de una
palmada en la espalda por hacerlo, pero nos hemos puesto en “modo ON” y lo
hacemos porque somos fuertes, porque tenemos uno o varios sueños, porque nos
hemos motivado y porque siempre somos capaces de ver el lado positivo del
esfuerzo.
Hoy mismo he hecho un
entrenamiento de los que físicamente te deja bastante agotado, pero que
anímicamente suponen un empujón brutal.
Trabajando de 8 a 2, comiendo un bocadillo y
algo de fruta sobre las 12:30 y saliendo con sueño, con hambre y desde luego
con el cuerpo pidiendo únicamente una larga siesta, me planté en Las Segadas.
Mi plan decía 1:45 BICI+ 14Km CC. Buf!! eso suena bastante duro pero, como
decía antes, algo nos anima a tratar de hacer las cosas (y ojo! digo “las
cosas” no solo el entreno) cada día mejor, así que me cambio lo dejo todo
preparado y a rodar. No se muy bien porque, pero quise tomarlo como un pequeño
test.
Salí hacia Mieres ya que es un
recorrido “muy As Pontes”, salvo por el puertecillo que allí nos encontraremos
en cada vuelta….el resto es un llano con algunos repechos (como luego comprobé
al descargar el perfil…muy similar lo hecho hoy a la parte alta del iron).
Salí con idea de no morir pero si
de forzar…y vaya si forcé. Fui justo hasta la rotonda de Mieres, vuelta e hice
dos vueltas a ese circuito. Total…53Km y una media de…¡¡SI!!...30,5Km/h. El
único lunar fue el intensísimo dolor lumbar que me provocó el ir forzando un
poco y sobre todo el ir acoplado durante prácticamente el 100% del recorrido.
Esta claro que para el iron tengo que programar paradas para estirar la zona
(ya que recupera pronto) y que no podemos situar las expectativas más allá de
los 26-27Km/h (así que las 7h de bici….me temo que es el objetivo más
realista).
Tras la bici, una transición sin
prisa pero sin pausa (unos 6 minutos en total) y a correr.
Era la primera transición directa
que hago este año y la verdad es que las sensaciones fueron buenas, y tanto que
el primer kilómetro me lo marqué a 4:50 (¡¡están locos estos romanos!!). A
partir de ahí, regulo aunque mantengo el ritmo mucho más alto de lo previsto.
Paso muchos momentos en los que tienes que mantenerte fuerte porque entre el
calor, el cansancio acumulado y el “puto diablillo” que se empeña en que
pienses que eso es una mínima parte del iron y que por tanto si sufres
ahí….¿como piensas acabar algo que multiplicará casi por cuatro lo que estás
haciendo?. A trabajar la cabeza, a ser duro, a no dejarse llevar por malos
pensamientos….y a seguir corriendo!!.
Al final es de lo que se trata…de
seguir!. En entrenos, en carrera, en el trabajo, con la pareja, con los amigos,
con los niños…con todo. Siempre hay que seguir, siempre “merecerá la pena”,
siempre habrá un premio al final.
Eso es “estilo de vida”, eso es
luchar, sufrir, seguir, pero sobre todo disfrutar.
Al final, una fascinante media de
5:08 min/km…un cansancio intenso pero soportable, una sensación de haber dado
un paso más y un buen entreno terminado.
Ya recuperado, pongo fin a este
post que me ha salido un poco “raro”, creo que es una mezcla de relato directo,
con pensamientos internos y “vena coach”….en fin, a mi me ha servido el
escribir un rato y ¿el blog era para esto no?...
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