Hace ya días que tengo ganas de
escribir esta entrada, no solo por seguir manteniendo con cierta vida este
blog, sino también porque realmente va habiendo cambios que quiero reflejar y
que me queden aquí escritos para no dudar de ellos en el futuro.
El tritraje de 2015. Otro motivo de ilusión |
Los cambios se refieren a mi
estado de ánimo frente al inicio de la nueva temporada y a las sensaciones,
sobre todo anímicas, que voy teniendo.
Ya después de la carrera por
Lillo con los peques, empecé a visualizar algo de luz en este nuevo camino que durante algún tiempo
veía excesivamente sombrío. Según pasaron los días, me esforcé en “poner en
verde” las celdas del Excell que componen mi plan de entreno. A pesar de que se
que este viaje será un poco más largo que el anterior (el iron fue a mediados
de Junio y AlpedHuez será a finales de Julio), no quería seguir remoloneando y
aún sabiendo que hay que ser paciente y prudente en el arranque, necesitaba
ponerme en modo ON.
Una buena semana en la que empecé
a sumar metros en la piscina, fui duro sobre el rodillo aguantando bien
sesiones de 40/45 minutos e hice la carrera según lo previsto, fue el detonante
para que ya me sienta “enchufado” y con ganas de más.
Por si esto fuera poco, la semana
pasada empecé con un grupo máster de natación al que me incorporé gracias a
Jose Morillo. La verdad es que cuando dije que si, pensaba que me estaba
apuntando a un “cursillo para mayores” y solo pretendía obligarme a nadar un
par de días por semana. Soy consciente que en la preparación del iron, la
natación ocupó un tercer puesto muy alejado de bici y carrera. Estaba
convencido de haber llegado a mi tope preparando Ondarroa en 2013 y con ese
nivel me daba por contento, así que la natación se convirtió en la parte mas
suave de los entrenamientos y casi en una recuperación activa.
Para mi sorpresa, y reconozco que
alegría, el grupo es un auténtico grupo de entreno, en mi opinión muy bien
dirigido y, creo que, sobre todo adaptado a una mejora no solo técnica sino
también física. Independientemente de que logre mejorar mis tiempos (cosa de la
que ahora mismo no dudo), el hecho de tener dos días a la semana de
entrenamiento en agua, más alguno más que tal vez arañe por mi cuenta una vez
con la temporada más avanzada, me parece un elemento básico para seguir
mejorando.
La disposición del entrenador
(omito la palabra monitor) a integrarse en mi plan global es absoluta y muy de
agradecer y estoy seguro de que sabremos sacarle el mejor partido posible.
En este marco de incremento de la
motivación y de ganas de trabajar, teníamos la Behobia-San Sebastián
este domingo pasado. Es una carrera que tiene a Leti completamente enganchada y
en la que estaba comprometido para ayudarla como liebre a mejorar su marca del
año anterior y tratar de poner el crono en 1:45.
Este año el recorrido cambiaba
(viendo el perfil resultante de uno y otro año…se endureció ligeramente) con lo
que la referencia perdía un poco de valor. En cualquier caso, el objetivo ahí
estaba y había que tomarlo en serio.
Hidratando en el previo de la Behobia. |
He de decir que dudaba bastante
de si tendría la preparación suficiente para correr 20Km a un ritmo que, aunque
en principio debía ser cómodo para mí, tampoco puede considerarse como de
paseo.
Desde el triatlón de Logroño de
principios de Septiembre, prácticamente no había entrenado nada y, a pesar del
que mi peso estaba exactamente en el mismo punto que el año pasado, no me
sentía excesivamente fuerte con lo que tuve que tirar de fuerza mental para ir
lo más confiado posible.
Por si esto fuese poco, la
increíble hospitalidad de mis amigos de Zarautz unido a que aún es tiempo para
“excesos” hizo que el Sábado tal vez me hidratara un pelín de más lo que, unido
a una noche de mucho calor en la que dormí más bien poco, hizo que llegara a
Behobia con pinta de todo…..menos de atleta.
Así y todo, de nuevo toca
mentalizarse para no fallar. Por un lado, sería un arranque de temporada malo
y, por otro, si el fallo viene por haberme pasado el día anterior….no sería
fácil de digerir.
Con todo esto paso todo el tiempo
hasta la salida tratando de “encontrarme” y sobre todo mentalizarme para
cumplir lo prometido a Leti…¡¡no puedo fallar!!.
Dan la salida puntualmente como
siempre (alucinante como controlan eso) y desde los primeros kilómetros veo que
hay fondo y que no voy a pasarlo mal. Según pasan los kilómetros me encuentro
mejor y voy marcando a Leti con la precisión de un reloj suizo. Tan solo con
ligeros retrasos en las dos subidas importantes que tiene la carrera, llegamos
a los tres últimos kilómetros en los que habría que forzar para meter el crono
en la cifra esperada. El primero de esos tres si que cae en los 4:50, pero los
dos últimos se atragantan un poco.
Resultado 10 para un finde 10. |
Dando todo lo que tenía (que
pienso que es lo más que se le puede pedir a alguien) Leti cruza la meta
parando el reloj en 1:45:52 con lo que el objetivo está superado.
Al poco de cruzar la meta, nos
encontramos con Susana (que ha sido compañera en todo este viaje) y rematamos
un fin de semana perfecto con una recuperación a base de hidratos, proteínas y
lípidos perfectamente equilibrada.
En definitiva, pienso que aún
quedando todo lo que nos queda (que es muuuuchooooo) me encuentro en un momento
bueno, confiado en poder sacar adelante el reto, mentalizado para trabajarlo,
animado para seguir mejorando y sobre todo, convencido de que no se puede vivir
de rentas y aquí cada día hay que ganárselo.
Por esto último, hago mía la
frase de un spot de Audi titulado “Novatos” y que me parece de lo más acertado
ya no solo para aplicarlo al deporte, sino para en general todo lo que compone
nuestra vida.
“”SOLO HAY UNA MANERA DE LLEGAR
MAS LEJOS, CREER QUE SIEMPRE ACABAS DE EMPEZAR”
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