Siguen pasando
días, semanas, meses y el camino en el que estamos metidos nos sigue poniendo
pruebas y sorprendiendo con novedades que no hacen más que poner pequeñas
guindas en el pastel que debe ser cada día que empieza.
Dentro de lo que
puede llegar a ser la monótona preparación de un reto como AlpedHuez (estamos
terminando el sexto mes de preparación y aún nos quedan otros cuatro), está
claro que se pueden hacer cosas más que divertidas y que supongan pequeñas
metas intermedias que nos motiven y nos animen a seguir.
La parte mental
de un reto de este tipo es básica, y uno no puede permitirse el lujo de darse
cuenta que se encuentra metido en una rueda de pequeño diámetro en la que solo
le queda dar vueltas hasta alcanzar el número de giros que de mano se ha
propuesto.
Por este motivo,
es más que interesante que dentro de la lógica disciplina de un plan bien
diseñado y que exige altas dosis de rutina, podamos meter excepciones que sin
ser lo que un programa informático determinaría como “lo mejor”, sin duda uno
como persona con sus altibajos, las valora y utiliza como apoyos para seguir
avanzando.
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Subiendo la Collada de Arnicio con este equipazo. |
Dentro de estas
excepciones que en las últimas semanas me han ayudado a seguir más que animado,
tendríamos el megaentreno que me marqué el sábado 7 de Marzo. Aprovechando el
reto solidario que Héctor hacía en Lada (tan solo 101Km en una pista de
atletismo de 200m de cuerda), me propuse animar a mis amigos y conocidos a colaborar
con esa causa poniendo sobre la mesa un reto que me exigiera mucho físicamente.
Planteé hacer unos 85km de bici de Lieres a Lada, correr junto a Héctor 10Km y
luego volver en bici a casa hasta completar 150Km totales.
La verdad es que
aunque conseguimos mover algo más de 200€ para sumar a la causa, me di cuenta
de que no es fácil lograr que la gente aporte a causas solidarias y por tanto
me di cuenta del inmenso valor que tiene lo que Héctor hace. Reconozco que yo
me conformaba con un euro de cada una de las personas a las que se que alcancé
con la idea (UN EURO!!), pero así y todo nos quedamos muy lejos de esto y solo
unos pocos se animaron a seguir el tirón que dimos. En fin, muy agradecido a
estos pocos, y sin perder la ilusión por seguir intentando “hacer”.
En lo que a lo
físico se refiere, el día fue un palizón de casi 9 horas de esfuerzo.
Acompañado en todo momento por Emilio y Beni (y por Bau hasta Lada en la
primera parte) la jornada se convirtió en una combinación perfecta de esfuerzo,
disfrute, emoción, sufrimiento y diversión que sin duda definen las excepciones
que dan título a esta entrada.
Tras esto llegó
una semana ceñida al manual con su sesión de piscina (increíble la mejoría
objetiva que tengo este año en el agua clorada, que habrá que tratar de
trasladar al mar en los tris), su doble sesión el martes con carrera con
desnivel al mediodía y rodillo de tarde, su descanso el miércoles, su nueva
doble sesión el jueves en este caso de carrera de calidad al mediodía y rodaje
de tarde (rematada con un genial “Jueves de Birritas” con Susana y Nico) y por
último el viernes en el que me salté el entreno de piscina para llegar
descansado a la prueba de esfuerzo.
Como cada año,
pongo mi maquinaria a examen, no tanto por conocer límites y valores óptimos de
entreno, sino por estar seguro de que aún tengo pila para aguantar los
calentones que me meto.
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Homenaje tras la prueba de esfuerzo. |
Los resultados,
muy buenos. Aunque mi genética no sea la de un deportista de nivel, está claro
que el trabajo de los últimos años da sus frutos y todos los valores claves
mejoran año a año. Este es el tercer año que hago la misma prueba y valores
como % de grasa, capacidades aeróbicas y anaeróbicas, VO2max y umbral y sobre
todo la capacidad para recuperar, van en una clara y positiva evolución año a
año.
Tras la prueba
que como cada año hago junto a Beni, y ya como un clásico, nos fuimos a cenar y,
de nuevo como un clásico, fue una de las veladas más divertidas que recuerdo.
Yo creo que no dejamos mesa a nuestro alrededor sin “crucificar”, pero gracias
a Justin y globos, Güelito y retocá, Gloria Fuertes y ambigua acompañante (no pidáis
más detalles por favor!!) nos reímos como pocas veces y disfrutamos del
merecido premio tras el duro esfuerzo.
El sábado
tempranito una tirada de 1:40 pensando en la maratón de Coruña, que completo
con buenas sensaciones y luego a disfrutar de la familia.
Por último, y
como colofón de esas benditas excepciones, el Domingo me fui con Kona a
participar en mi primer canicross oficial. En Pajares y sobre nieve.
Ya escribí
“crónica oficial” (Leer Crónica) así que no me extenderé mucho aquí. Simplemente decir que dentro de una
preparación de largas distancias no encaja mucho una carrera de sprint de poco
más de 3Km, pero que la satisfacción de acabarla dándolo todo, de la sensación
de equipo con Kona y del ambiente de deporte “aún sano” que se respira aquí,
hicieron de ésta, una experiencia que me gustaría repetir.
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A tope en la entrada a meta junto a Kona. |
Además creo que el
hecho de que el circuito fuese realmente duro con continuas subidas y bajadas,
nieve en la que no es fácil correr y ¿por qué no decirlo? mi buen fondo, me
permitieron debutar con un tiempo digno y además colocarme segundo de seis
participantes en la categoría de veteranos. Siempre defiendo a los que logran
podiums en sus categorías (aunque corran solos) porque pienso que muchas veces
hay que echarle valor para probar ciertas cosas y, si alguien demuestra esa
decisión cuando el resto no se atreve, merece un premio solo por el hecho de
intentarlo. En mi caso y con 42 años, no fue fácil meterme en esto (ya no solo
la prueba en si, sino conseguir el material, poner al día vacunas, seguro….) y
no puedo negar mi enorme satisfacción por ese “puesto de honor”. Lo malo fue
que tenía la comida del día del padre en Las Segadas y no pude disfrutar de la
sensación de recibir el premio. En fin, a todo no se llega!!.
Cierro ya esta
entrada, que se me ha ido un poco larga, con la reflexión sobre lo que implica
el título y lo que en definitiva trato de transmitir siempre en este blog.
Mientras hagamos cosas que nos hagan felices, que las disfrutemos, que nos
hagan sentirnos mejores, poco importa que sean excepciones o parte de nuestro
guión, sin duda esas cosas…nos darán VIDA.