Hace ya tiempo
que no hacía una crónica “clásica”, ya que hace ya tiempo que no competía en un
tri. Desde Luanco (que tampoco es que se pudiese llamar competición), no me
metía en el agua a darme de leches con otros cuantos chiflados, y desde el de
Coruña (Septiembre de 2013) no escribía un relato de mi experiencia
compitiendo.
Así que esta
crónica (para la que me está costando encontrar tiempo), la escribo con ganas y
espero que os guste y que consiga mi objetivo, que no es otro del que podáis de
alguna manera “meteros dentro” de lo que significa vivir un triatlón.
Desde que ya
hace tiempo Beni y yo buscamos un tri previo al ironman, y tras eliminar varias
opciones (por duros, por lejanos, por fechas…) nos decidimos por éste de
Sansenxo, siempre hablamos de que tendría que ser una experiencia para
recordar. Por un lado el escenario que pintaba bien, por otro la cercanía con
el iron que implicaba que deberíamos llegar en buen estado de forma, y por otro
el organizar una pequeña escapada en la que no solo disfrutáramos de la
competición, sino también de la desconexión del exigente ritmo de entrenos que
llevamos encima.
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Hidratación previa....un nuevo adepto. |
Así pues, el
viernes pasadas las cuatro y media arrancamos hacia Sansenxo, con buen tiempo
(tal vez demasiado calor) el viaje es un continuo cachondeo y lo cierto es que
desde luego no podemos hablar de tensión precompetición. Eso al menos hasta que
llegando a destino, decido desviarme hacia O Grove para entrar en Sansenxo por
la carretera por la que discurre el circuito ciclista y ¡¡oh Dios mío!!!...¿donde
habremos visto nosotros que esto era llano???. Los diez kilómetros que unen la
playa de La Lanzada
con Sansenxo (mañana haremos dos veces el recorrido de ida y vuelta para
completar los 40Km) son una continua sucesión de toboganes con repechos durillos
y alguno “más largo de la cuenta”. La verdad es que a los dos nos entra un poco
el “canguelo” viendo la carreterita y rápidamente en nuestra cabeza empiezan a
caer las previsiones de velocidades medias y tiempos. En fin, hemos venido a
divertirnos y así lo haremos así que, tranquilidad, el circuito es el mismo
para todos y punto.
Llegamos al
hotel y con el tiempo muy justo vamos a recoger los dorsales. Y tanto que
justo, que si no llega a ser por la más que amable chica que nos atendió, nos
hubiésemos quedado sin ellos (¡¡primer punto para la organización!!). El no
cogerlos de viernes hubiese implicado una tensión extra el sábado temprano, que
es mejor evitar.
A pesar de que
ambos planes de entrenamiento nos dicen que hoy deberíamos trotar un poco, se
nos ha hecho muy tarde y decidimos (no sin un cierto aire de culpabilidad) que
“un paseo a paso ligero nos convalida ese entreno”….ja,ja,ja,ja.
La culpabilidad
desparece sentados junto al mar y con una Estrella de Galicia en la mano,
¿comenté ya que veníamos a divertirnos no?.
Cenamos con unos
amigos de Beni que están aquí de vacaciones, aquí si somos reglamentarios y un
buen plato de pasta es el combustible escogido, y sobre las 11 nos vamos al
hotel.
Dado que habrá
que madrugar, aprovechamos para colocar los dorsales en bici y casco y dejarlo
todo listo para mañana. En el hotel hacen una excepción (¡¡segundo punto para
la organización!!) y servirán los desayunos a partir de las 6 de la mañana, así
que despertadores a las 5:30 y a dormir. Tengo que reconocer que duermo como un
lirón, es una tónica de las últimas semanas en la que la acumulación de grandes
volúmenes de entreno (unido a la ya de por si abundante carga que lleva mi
vida) hace que llegue a la cama reventado.
Por la mañana,
todo rodado, nos levantamos y bajamos a desayunar justo a las seis. Junto a
otros cuantos triatletas, desayunamos ya con el gatín metido en el estómago. Salvo
un gallego (la verdad es que todos lo son…) que parece que le han dado cuerda,
todo el mundo habla poco y lo que se habla es en voz muy baja. El desayuno es
muy completo e incluso tienen “Nocilla” para que Beni no tenga que tirar de su
reserva personal, je,je.
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Todo listo...a dormir! |
A las siete
salimos por la puerta del hotel con todo lo necesario. La mañana pinta
agradable de temperatura, no sopla viento y aunque hay nubes no parece que vaya
a llover.
Entramos
rápidamente en boxes y lo dejamos todo listo. Nos impresionan un poco las
máquinas que hay por aquí. Recuerdo incluso una bici con lenticular atrás y un
casco aero que si me lo pongo yo me cubre hasta la mitad de la espalda….¡¡mucho
debe andar la peña aquí!!.
Nosotros, a lo
nuestro. Todo colocadito, revisado y controladas las zonas de entrada y salida.
Una visita al baño, guardarropa y enfundados en el neopreno nos vamos a la
playa. La distancia desde la salida de la playa a la zona de transición es muy
grande (unos 300-400m) que habrá que recorrer descalzo y, esperemos, al menos
trotando.
Cuando probamos
el agua, no podemos menos que sorprendernos, tiene una temperatura ideal (nada
que ver con lo fría que suele estar incluso en verano), y aparte el lujazo de
lo limpia que está, así da gusto nadar la verdad. Un pequeño calentamiento, una
revisión al circuito que consiste en dos boyas que dejaremos a la izquierda,
una corta salida a playa y otra vuelta más.
Últimos ánimos y
con la frase “nos vemos en As Pontes”, suena la bocina.
Entro al agua
trotando y más bien en la parte trasera. Como siempre el objetivo en el agua es
no tener un disgusto en forma de golpe. Consigo tirarme en un hueco bastante
bueno y nado mucho tiempo con bastante comodidad. Me siento fuerte y veo que
voy cogiendo ritmo, tanto que pronto me llegan los problemillas. He alcanzado a
un grupo que iba delante y aunque en un principio intento acompasarme a su
ritmo, veo que puedo ir más rápido y allá que voy. Un par de chupitos de agua
atlántica, una ligera patada en la boca, y tres agarrones después….vuelvo a
nadar cómodo.
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Tirando en la primera salida a playa. |
Llegamos a la
primera boya, la verdad es que la gente aquí se porta. Es imposible pasar
nadando así que todos en vertical braceamos hasta que pasamos la boya y a
seguir. Ahí empiezo a tirar y llego cómodo a la segunda boya. La giro fácil,
cabeza por la izquierda…y ¡¡booom!!, alguien me acaba de solmenar un cañonazo
en la cabeza de órdago. Giro a la derecha y veo a un compañero que levanta la
mano en señal de disculpa, está bien, no pasa nada, es parte de esto.
El resto de la
natación muy cómoda. Salgo a playa en unos 14 minutos ¡bien! e incluso charlo
con un chaval con el que he nadado en paralelo los últimos 100 o 200m. Vuelta
al ruedo y sin más contratiempo estamos de nuevo en la arena.
Miro el reloj y
veo que marca 29 minutos, no está nada mal. Miro hacia atrás y veo un montón de
gorros azules en el agua, esto siempre supone un plus de motivación.
Como la transición
es larga, me lo tomo con calma y para quitarme el neopreno me quito antes el
reloj, lo pillo con los dientes y me quito el neopreno, luego vuelvo a poner el
reloj, y a correr a por la bici.
Cuando llego a
la transición veo que la bici de Beni aún está ahí, empiezo con lo mío y con
las manos mojadas echo un mundo en ponerme los guantes. La verdad es que hago
una T1 lamentable y cuando salgo con la bici, la de Beni ya no es que no esté,
sino que ni siquiera lo veo en todo el área de boxes!!.
Recorremos hacia
abajo una rampa antes de subirnos a la bici y ahí si que le veo un poco por
delante, creo que podré alcanzarle y en principio en la bici es posible que le
pueda sacar algo de tiempo que me sirva de colchón para la carrera….¿otra
entrada en meta juntos?, buf! sería pedir mucho.
Al poco de
iniciar la bici lo alcanzo y los que van alrededor creo que alucinan un poco,
os transcribo textual la conversación (ponerle un acusado y mal imitado acento
gallego….)
Yo: Buenos
días,,,¿sabría decirme un sitio pa comer un cachopo cerca?
Beni: Un cachopo
nun se….igual unas Xoubas…
Los dos: Ja,ja,ja,ja,ja
Yo: ¿Qué hacemos?
Beni: ¿Qué vamos
a hacer….?...TIRAR!
Pues si hay que
tirar, se tira. Confiado en que podré hacer la bici más fuerte, me voy por
delante en la primera zona llana y, sin mirar para atrás, cojo buen ritmo. No
lo he dicho aún, pero una de las características de este triatlón es que no
está permitido el “drafting”, es decir no se puede rodar a rueda de otro
compañero, con lo que la bici se convierte en una auténtica crono individual.
De mano yo le tenía un poco de miedo a esto. Nunca lo había probado y pensé que
sería más incómodo el tratar de ajustar tu ritmo al de los demás para ni
estorbar a los más rápidos, ni correr el riesgo de ser sancionado al pasar a
los más lentos que tú. Ni lo uno ni lo otro, aunque evidentemente hace que la
bici sea más dura, también pone a cada uno en su sitio y tus tiempos y ritmos
son eso…tuyos!.
Volvamos a la
carrera, en el siguiente repecho Beni me vuelve a alcanzar y con un ¡¡vamos!!
me pasa…y se va. “Me cago en el ñajo”, como anda de fino!. Durante mucho tiempo
lo mantengo a unos 30 o 50
metros, acercándome en las zonas favorables y perdiendo
comba en los numerosos repechos.
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Arrancando el sector de bici. |
Reconozco que el
primer pensamiento es de decepción. Si me distancia en la bici, en la carrera
ni lo veo delante. Al rato, y es algo de lo que me siento muy feliz, le doy la
vuelta a este pensamiento, por un lado me concentro en hacer mi carrera al
margen de lo que hagan los demás (cosa vital para As Pontes) y por otro me
alegro de manera sincera por Beni. Se que le falta un pelín de confianza para
la bici del iron, y seguro que andar así de fino aquí le va a suponer una
importante inyección de moral.
En los
diferentes giros veo que la distancia, aunque aumenta, no se hace muy grande y
siempre que nos vemos cruzamos palabras de ánimo. A pesar de que el dolor de la
pierna vuelve, estoy disfrutando!!.
Terminamos la
bici, en esta última parte he perdido a Beni de vista y no se muy bien por
donde andará, calculo que me llevará unos tres minutos así que la meta en
compañía se ha esfumado, sería demasiado pedir.
Hago una
transición un poco mejor que la anterior, aunque lenta, y a correr!.
Salgo con buenas
sensaciones y pronto me veo marcando ritmos por debajo de 4:30, para mi eso es
algo que no deja de ser algo alucinante.
Hay una dura
subida en el recorrido (que habrá que hacer dos veces) con su dura bajada (que
habrá también que subir). En definitiva, en los 10Km tendremos que subir cuatro
repechos con sus cuatro bajadas. Como me dijo hace poco un amigo, si fuese
fácil…se llamaría fútbol.
Sigo a muy buen
ritmo y cuando el cromo ya hace un rato que me ha marcado el segundo kilómetro,
empiezo a pensar que no me he cruzado con Beni y esto es raro ya que como mucho
faltan 200m para el giro y ya debería haberlo visto. Al poco lo veo, cruzamos
de nuevo sonrisas y ánimos y pienso que el circuito estará mal medido y que
serán más de 2,5Km hasta el giro. Esto no es así y enseguida giro.
Hago mis
cálculos y veo que Beni no me lleva más de dos minutos (al terminar me contaría
que en los primeros compases de la carrera el estómago le jugó una mala pasada
y lo pasó mal en el primer repecho, de ahí que le pudiese recortar), esto me
motiva a seguir y encontrándome fuerte, marco kilómetros incluso por debajo de
4:20.
Al poco de
terminar la primera vuelta veo que me voy a cruzar con Beni y la distancia se
mantiene. Me grita “¿te espero?”…joder!!...le digo “como veas, estás haciendo
un carrerón”, ya cruzados me dice “venga! te espero!”, emocionado le acierto a
gritar “que grande!”.
Tengo que
reconocer que verme corriendo tan fuerte y ver que eso me ha dado la opción de
compartir la meta (una más!) con un amigo como Beni, es algo que hace que me
emocione y que una sonrisa me venga a la cara. Giro la primera vuelta y salgo
como un tiro, ya que me espera….seré puntual!!
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La foto es obvio que no era para nosotros....pero esa cara lo dice todo! |
Al poco nos
juntamos y seguimos tirando, vamos muy fuertes y pasando a bastante gente. Al
terminar la última subida y con la meta al fondo del paseo, hablamos de que aún
nos quedan fuerzas para aumentar el ritmo y “ya que estamos aquí”. Vamos
incrementando poco a poco y acabamos como auténticos obuses (el último
kilómetro lo hacemos a 4:02!!!). En la rampa final hablamos y decidimos que
entraremos andando, ninguno de los que hemos pasado nos puede recuperar el
puesto, y esta experiencia lo merece. Así lo hacemos, al terminar la rampa, nos
paramos, nos abrazamos y brazo en alto cruzamos una nueva meta juntos. El crono
marca algo más de 2:37 cuando nuestras previsiones de ayer daban por buena
incluso una marca de 2:45….UN LUJO!.
Al poco de
cruzar la meta, cerveza!!! (otro punto más para la organización!). En esta
transición no hay quien me gane y antes de recuperar el aliento ya me he unido
a una cañita.
Recogemos todo
como en una nube, la organización sigue siendo de lujo…perfecta en mi opinión
en todos los aspectos y con unos voluntarios más que amables que hace que nos
sintamos como en casa. No se cuantos competidores habría de fuera de Galicia,
pero desde luego nosotros en esta ocasión fuimos “adoptaos” sin duda.
El resto del
viaje, en línea con todo, una volldamn a ras de playa en O Grove, un homenaje
gastronómico difícil de olvidar y un baño/siesta antes de regresar a casa con
una nueva experiencia en esa mochila que vamos llenando cada día de nuestra
vida y que en este caso….a punto estuvo de desbordarse. Un paso más en el
camino hacia As Pontes, y desde luego, haciendo honor al título de este blog,
es complicado disfrutarlo más.
Ah!!...pienso
que el triatlón de Ondarroa sigue siendo mi favorito, pero desde luego, si
puedo el año que viene no me pierdo éste!.
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Brindis ya en O Grove, más que merecida recuperación!. Otra experiencia sumada!!! |