El lunes me
permitía por primera vez en los dos años que llevo entrenando “en serio”….una
rendición. Había tenido entrenos en los que no fui capaz de cuadrar los
tiempos, algunos en los que cedía
aflojando al final, y otros a los que por lesión u otros motivos ni
siquiera les pude plantar cara. Lo del lunes fue diferente, la verdad es que ya
entraba moralmente tocado, porque las series largas me matan a nivel
psicológico. Así y todo, el hecho de que la ciática hubiese remitido algo, me
animaba a pensar que podría con él y que, como tantas otras veces, lo acabaría
sonriente y pensando que había dado otro pasito más.
Pero no fue así,
tras el primer tres mil (en el que el tiempo marcado no fue malo, ni las
sensaciones) mi cabeza dijo “hasta aquí hemos llegado”. En un primer momento,
apelé a la idea de que esos entrenos te hacen más fuerte y seguí trotando unos
metros, pero cuando me quise dar cuenta, me había parado, había parado el crono
y me había girado para volver andando a casa.
En ese recorrido
de vuelta, iba pensando que no pasaba nada, que todos tenemos días malos, que
me recuperaría y que solo era un bache. Además de eso, también pensando que
esto me superaba, que había llegado muy lejos pero que no estaba preparado para
algo tan grande y que tal vez era el momento de ser realista y poner un
objetivo más mesurado.
Mientras
estiraba en mi habitación le mandé un whatsapp a mi mujer que empezaba con un
“Me rendí…”, a los pocos segundos me llega la respuesta “No digas eso. Tú no te
rindes nunca”. Lo que sucedió a continuación creo que a los que no practican
deporte con esta intensidad tal vez les resulte extraño….pero el nudo que de
vez en cuando se nos pone en la garganta, se hizo enorme y explotó en un llanto
intenso y prolongado.
No se si sería
uno o cinco minutos, pero en esas lágrimas se fue mucha tensión acumulada,
muchas emociones reprimidas, muchos sentimientos intensos.
A partir de ese momento, el
entorno cambió por completo, contacté con el míster y su rápida respuesta me
animó de inmediato, tengo que citar una frase textual ya que el mismo medio en
broma me dijo “esto para que lo pongas en el blog”…..al saber el tiempo de la
serie que si realicé y de que el abandono fue más mental que físico me
dijo…”ostia!...ese entreno es de 9,5 sobre 10!!”.
Como siempre,
los amigos más cercanos sirvieron de apoyo…Beni, Bau, las dos Sus, a todos el
mismo mensaje y de todos la misma respuesta “ANIMO”!.
Nada como la "soledad acompañada" |
Lo cierto es que
fue un punto de inflexión importante, a partir de ahí todo rodado, esa misma
tarde caían 2000m de piscina, el martes 75 minutos de rodillo (rodando fuerte
por el recorrido de As Pontes), el miércoles un total de 27Km de carrera
repartidos en dos sesiones con muy buenas sensaciones y el jueves otros 2000m
de pisci.
Aunque ya lo
había decidido antes, el “pequeño lujo” de escaparme a la cabana la noche del
viernes se hizo casi un tratamiento obligatorio. Acompañado de Andrés y Alvaro
disfruté como pocas veces de la “soledad bien acompañada” en la cabana. Una
velada relajada al calor de la leña, una buena conversación con un chupito de
1886 y un descanso merecido y reparador.
Por la mañana el
sábado nos dimos un precioso paseo por el monte para disfrutar de un día de sol
de los que te recargan al 100% las baterías. Lo dicho….algo que habría que
imponerse!.
El domingo
tocaba de nuevo “reto”. Es cierto que mi estado de forma me está permitiendo
correr las medias maratones con mucha facilidad a ritmos “lentos” (no puedo
evitar poner esas comillas, ya que aunque ahora lo sean….el hacer 21Km
corriendo a ritmos ligeramente superiores a los 5 minutos por kilómetro, me
sigue sorprendiendo y asombrando), pero tras no haberlo logrado en Siero, Leti
tenía el objetivo de bajar de la 1:50 en la Media Maratón de León…y ahí
estaba yo de liebre una vez más.
Meta MM León. Tiempo neto 1:49:51 |
El viaje, bien
organizado por Héctor, ya era un disfrute en sí pero quieras o no…hay que
conseguir ese objetivo deportivo.
La salida es muy
apelotonada y cuesta coger ritmo, así que marco a la liebre oficial de 1:50 y
vamos detrás de ella. El primer kilómetro lo hace muy suave por el atasco, y el
muy bestia lo recupera todo en el segundo….la verdad es que vamos bien y como
no me convence como plantea la liebre la carrera, le digo a Leti que nos vamos
a ir por delante.
Lo hacemos con
facilidad y mantenemos muy buen ritmo (y buenas sensaciones) durante muchos
kilómetros. Pasamos a mucha gente y el ritmo es tan bueno, que por un momento
pienso que estaremos más cerca del 1:45 que del 1:50.
En el kilómetro
17 Le empieza a pagar el esfuerzo y aunque con margen (mi Suunto marcaría
21,5Km, con lo que fui toda la carrera un poco “engañado”), nos vemos obligados
a darlo todo para conseguir el objetivo. Tirando de raza, los dos últimos
kilómetros son una lucha constante por no aflojar y finalmente lo consigue….yo
paro mi reloj en 1:49:50….OBEJTIVO CUMPLIDO. (Consultando las clasificaciones
oficiales, el tiempo de Leti es 1:49:51).
Como única nota negativa de la carrera, el abandono de mi hermano Bau que, con una lesión en la rodilla, hizo bien en no forzarse y se paró sobre el kilómetro 8 al que había llegado con muy buenas sensaciones. Tendremos que dejar el objetivo de bajar de 1:45 para la MM de Gijón....
Después de la
carrera, la comida con la “gente de Laviana”, y el posterior viaje en bus en el
que de nuevo destrozamos con muy poco respeto el cancionero popular, ponen el
broche a una semana en la que podemos decir que “toqué fondo”, pero que acabo
más motivado que nunca y en la que arranco con fuerza el séptimo ciclo de
preparación para el ironman.
Quedan ya menos
de tres meses para la gran cita, creo que estoy en el buen camino para saber
estar a la altura…..seguimos trabajando!.
OBJETIVO CUMPLIDO |
Machote!!!!
ResponderEliminarNunca te rindes siempre con esfuerzo papi
Acabo de ver tu comentario hija!!.....sin palabras me acabo de quedar!!!...Te quiero!
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