Querido mundo: Hoy hace 44 años
que decidiste ponerme sobre ti para ese proyecto que llaman vida. Te portaste
muy bien conmigo desde el principio, me colocaste en una familia donde los
valores del respeto, el amor y la unidad dominaron siempre de una manera aplastante.
Me regalaste unos padres que aún
disfruto y de los que uno no puede sentirse más orgulloso. Me regalaste tres
hermanos que, llegando antes que yo, me fueron desbrozando un camino que,
aunque no es fácil para nadie, para mí no fue nunca oscuro o peligroso.
La vida no es perfecta, creo que
la de nadie lo es, pero la mía ha sido muy cercana a esa perfección. Y lo ha
sido porque la he podido vivir.
De cada discusión con mis padres
he aprendido, de cada pelea con mis hermanos también lo he hecho y así, nunca
solo, he ido creciendo y compartiendo contigo todos estos años.
Has puesto en mi vida muchos
retos, me has dejado crecer como un niño de los de antes, de los que lloraba de
frustración cuando perdía en los juegos, de los que recibió tantas burlas como
hizo, y de los que en ocasiones sangraba y otras hacía sangrar. He tenido
envidia, me he sentido superior, he sufrido por creerme incomprendido y he
disfrutado pensando que el mundo giraba en torno a mí. He sido niño!!.
Me has dejado aprovechar todo lo
aprendido para intentar ser un adulto bueno, una persona que no quiere dejar de
crecer y alguien que busca ser mejor cada día. Me has dado la memoria
suficiente para no olvidarme de mi niñez, para tener muy presente de donde
vengo y para que en cada uno de mis días, intente aplicar todas las cosas
buenas que he visto y vivido.
Pusiste en mi vida a mi mujer
cuando aún era un proyecto de persona, y lo hiciste con alguien que ha acabado
de moldearme de una manera que me gusta. Juntos hemos pasado de yo a nosotros,
y luego vinieron ellos haciendo ese nosotros aún más grande.
No sé cuantas velas me quedan por
apagar, nadie lo sabe, pero si se que cada día que paso contigo es un regalo
que no debo dejar de aprovechar. Me has enseñado todos estos años que aunque me
empeñe, habrá días en los que no te disfrute como te mereces, que me queje de
cómo te portas conmigo. Es condición humana hacerlo y no lucharé sin sentido
con esas emociones, las aceptaré y las dejaré pasar con rapidez.
Querido mundo, gracias por
dejarme estar contigo tanto tiempo y gracias por darme tantas cosas buenas.
Espero que mi paso por ti te sirva también a ti para mejorar y, el día que me
vaya, pienses que ha merecido la pena haberme puesto aquí.
Aquí seguimos amigo....compartiendo vida. |